Tras la larga espera y el hype creciente, llegó el paso de Pedro Sánchez por Hora Veintipico. O mejor dicho, la visita de Hora Veintipico por la sede del Partido Socialista para cumplir con ese “compromiso” que el jefe del Ejecutivo adquirió con un colaborador del programa de la Cadena SER. El presidente del Gobierno, más allá del preceptivo repaso a la actualidad de la campaña electoral -a excepción del cara a cara, dado que se grabó la pasada semana-, ha mostrado su lado más personal, relatando sus vivencias en el Palacio de la Moncloa o su pasión por el baloncesto y las rutas en bici. No obstante, también ha revelado que fue su predecesor, Mariano Rajoy, quien le advirtió por primera vez del auge de Vox y la ultraderecha.

Sánchez y Héctor de Miguel arrancan la entrevista recordando aquel compromiso que adquirió el jefe del Ejecutivo para asistir a Hora Veintipico. El humorista y presentador del espacio de la Cadena SER lo intentó hasta la saciedad, pero sin suerte. Al menos hasta la fecha. “Quien la sigue, la consigue”, replicó el presidente del Gobierno desde su Twitter cuando se agendó la charla. “Lo teníamos pendiente desde antes de las municipales, cuando uno de tus colaboradores me gritó si quería venir o veníais vosotros”, admitió entre risas.

A partir de ahí, el presentador de Hora Veintipico sacó el lado más personal del presidente del Gobierno, quien no ha tenido ningún remilgo en explicar su vida en el Palacio de la Moncloa y las dificultades que su posición acarrea para el desarrollo de sus hijas. Quequé (ahora Héctor de Miguel), la recriminaba de manera irónica que ha dejado un partido de pádel a medias para entrevistarle; momento en el que Sánchez admitía que nunca le ha dado por este deporte, pero no porque “lo practicara Aznar” o “cuestiones ideológicas”, sino porque el baloncesto y el ciclismo protagonizan sus principales pasiones deportivas. “Me muevo en esos ámbitos”, aseguraba.

De hecho, precisamente la bici ha sido su vía de escape para evadirse del encorsetamiento intrínseco a la vida en la Moncloa. “Me oxigena la montaña de Madrid. Con el equipo de policías nacionales que nos acompaña preparamos rutas”, ha explicado el jefe del Ejecutivo, matizando que han de ser lo “más discretos posible”, aunque no le reconocen. A pesar de los escoltas que le acompañan en sus etapas ciclistas, “no da tiempo a que nadie me reconozca porque voy con gafas y casco”. Además, ha asegurado que también, pese al poco tiempo de que disponen, es un deporte que practica con su mujer, Begoña Gómez. “Lo hacemos juntos siempre que podemos”, ha puntualizado el candidato socialista a la reelección.

Pasión por el baloncesto

Acto seguido, Héctor de Miguel recordó la anécdota del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y las almendras. El también ex secretario general del PSOE no ocultaba su devoción por estos frutos secos, ni tan siquiera entre las paredes el palacio presidencial. Fue entonces cuando brotaron de la nada cuencos con almendras por todo el edificio.

“A mí me pasó con el baloncesto. Me encanta, desde hace muchos años además. Se enteraron de que yo había jugado al baloncesto en el Estudiantes y cuando hago una visita a un municipio, tengo al alcalde o alcaldesa, o al presidente de una asociación de turno, con la camiseta del equipo del pueblo”, ha revelado el presidente del Gobierno, quien no oculta el “problema” con el que se ha encontrado de repente. “Tengo muchas camisetas, pero me estoy quedando sin espacio”, ha advertido entre risas.

La vida en la Moncloa y el bunker

Del espacio en el armario de Sánchez, Héctor de Miguel encontró el resquicio para que el presidente del Gobierno revelara de primera mano cómo es vivir en el Palacio de la Moncloa, sujetándose en el recuerdo de Ana Botella, que aseguró que “aquello no era sitio para que viviera una familia”. El presidente del Gobierno ha admitido que “no es fácil”, especialmente para los adolescentes. “Hay medidas de seguridad que tienes que pasar y cuando vienen los amigos de mis hijas, tienen que pasarlos. Una vez los pasan, tratamos de que en la planta en la que vivimos sea coyunturalmente nuestro hogar”, ha explicado, al tiempo que subraya que intentan que la vida en Moncloa sea similar a la de su piso porque tienen que decirle a sus hijas que “no es lo normal”, sino algo coyuntural.

Entre risas, Sánchez relata que es la primera vez que ha podido “ir andando” a su trabajo, del cual le separan escasos “500 metros”. No obstante, su experiencia es totalmente diferente a la de sus predecesores, pues él ha tenido que lidiar con la vida en Moncloa, con el agravante del coronavirus y el confinamiento. “De repente me encontré solo”, ha resaltado al recordar que tanto su mujer, como su suegro y sus padres contrajeron la Covid-19. “Era una situación extraña”, aunque el “amplio jardín” amortiguaba en parte la crudeza de la realidad, dado que con esa suerte no podía contar “la mayor parte de la gente”.

En cualquier caso, ha reconocido que se trata de un edificio “muy antiguo”, con sus funcionalidades, pero también sus “disfuncionalidades”. Considera que necesita una reforma, pero no va a ser él quien la acometa. “Si con el Falcon ya me dan, imagínate si reformo Moncloa”, ha señalado entre risas el presidente del Gobierno. Sánchez insiste en que hay que ser plenamente consciente de que la estancia en el Palacio es durante “un tiempo determinado de tu vida” y considera que tiene que estar “inmensamente agradecido por la experiencia vital”, además de contar con un “grupo de profesionales que te hacen la vida mucho mejor”.

La advertencia de Rajoy

Entrando en el terreno de lo estrictamente político, Sánchez ha abordado el proceso de “ultraderechización” del Partido Popular al asumir, a su parecer, el discurso de Vox y su desembarco en las instituciones de la mano de los conservadores. No obstante, lo que más ha llamado la atención de su reflexión acerca del principal partido de la oposición es una anécdota en la que revela quién fue el primero en advertirle de la venida de la formación que comanda Abascal.

En el momento de la moción de censura, el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy puso el foco en un lugar ignoto para el resto de formaciones: “Hablando un poco de la política en general y demás, fue el primero que me alertó de Vox. Me trasladó su preocupación y me quedé sorprendido, porque me parecía raro que Rajoy hablase de ellos cuando no salían en ninguna encuesta ni tenían representación institucional, ya no digo parlamentaria”, admite el jefe del Ejecutivo, quien al mismo tiempo recalcaba que su predecesor ya tenía claro, al contrario que las nuevas directivas del PP, de que los ultraderechistas “eran un riesgo”.

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