Este viernes ha echado el cierre el hospital de campaña de Ifema, que ha atendido a alrededor de 4.000 pacientes desde que el pasado 22 de marzo comenzó a funcionar para oxigenar el colapso de la sanidad de la Comunidad de Madrid ante la crisis del coronavirus. Con motivo de esta clausura, la presidenta de la región, la popular Isabel Díaz Ayuso, junto a una numerosa comitiva política, se ha desplazado hasta este lugar para dar el último adiós a los profesionales que han trabajado allí. 

Ante la presencia de la presidenta, los sanitarios se han unido y han empezado a gritar “¡sanidad pública!”, acompañando estas palabras con aplausos, un gesto al que sorprendentemente se ha sumado Ayuso, pese a que decenas de miles de personas le han recordado durante esta crisis el continuo proceso de privatización de la sanidad que ha acometido su formación, el Partido Popular en toda España, y, especialmente en la Comunidad de Madrid.

Asimismo, los sanitarios también han aprovechado la presencia de Ayuso para reclamar al Gobierno central más test para los sanitarios, una proclama a la que nuevamente se ha sumado la presidenta regional, en esta ocasión con más entusiasmo.

Agradecimiento a la Atención Primaria pese a dejarla huérfana

Al final de estos gritos, incluso, una persona se ha acercado a Ayuso con una pancarta agradeciendo el trabajo a la Atención Primaria, y la presidenta regional no ha dudado en posar ante las cámaras con ella. Una imagen que choca directamente con las directrices del gobierno regional, que al comienzo de esta crisis optó por dejar a este colectivo bajo mínimos, trasladando al personal sanitario desde Atención Primaria al Ifema. La medida significó el cierre de algunos centros de salud y una considerable reducción de la capacidad para prestar asistencia sanitaria a la población.

En este sentido, la Mesa de Atención Primaria del Colegio de Médicos de Madrid lanzó una carta abierta criticando duramente esta medida. “Ahora la Atención Primaria está bajo las órdenes de los diferentes hospitales, cuando lo ideal sería que la Primaria sirviera de filtro y soporte para no sobrecargar los hospitales y evitar que los pacientes lleguen a estar en estado de gravedad". Por su parte, sindicatos como la UGT manifestaron estar “completamente en contra del desmantelamiento” de estos centros de salud y exigieron que “se garantice una adecuada asistencia” en este nivel.

Asimismo, los médicos también alzaron la voz contra el gobierno autonómico y su polémica decisión. Sin ir más lejos, el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM) emitió un comunicado en el que rechazan esta medida, asegurando que “suponen un deterioro en el funcionamiento de la Atención Primaria al reducir a los profesionales y centros de salud disponibles en el primer nivel, limitando su capacidad de filtro y de manejo de pacientes con COVID-19 desde el propio centro, de forma telefónica y/o en el domicilio (que pueden ser centros perfectamente válidos para el manejo de pacientes sin criterios de gravedad si se favorece su asistencia desde los centros de salud) como se venía haciendo de forma ejemplar hasta ahora”.