Una de las genialidades más memorables de la película de José Luis Cuerda ‘Amanece que no es poco’ es aquella en que uno de los vecinos reunidos en la plaza del pueblo proclama la filosófica consigna “Alcalde, todos somos contingentes pero tú eres necesario”. Imitando al aristotélico pero algo zumbón portavoz vecinal imaginado por Cuerda, bien podría sostenerse que, desde el punto de vista de la derecha española, encarnada políticamente por el Partido Popular y mediáticamente por la mayoría de medios de elevada circulación o audiencia, Alvise es contingente pero Vox es necesario: el primero puede llegar a sumar pero en realidad resta, mientras que el segundo puede llegar a restar pero en realidad suma; Se Acabó la Fiesta resta más de lo que suma, mientras que Vox suma más de lo que resta.

Del ‘loco Alvise’ se podría perfectamente prescindir para hacer morder el polvo al ‘Perro’ que con sus fieras dentelladas está despedazando a la inerme y desventurada España, mientras que sin el auxilio de Santiago Abascal el pobre Alberto Núñez Feijóo nunca será presidente del Gobierno. El gallego es un político enemigo de las estridencias al que se le ve incómodo cuando, con más voluntad que convicción, imita torpemente a Abascal; es un político que, de algún modo, se sitúa en las antípodas emocionales y estéticas de alguien como Alvise.

Le sucede a Feijóo todo lo contrario que a Isabel Díaz Ayuso, una líder inicialmente inverosímil pero que, casi sin despeinarse, es capaz de aunar en su persona a Abascal, a Alvise y, claro está, a ella misma. El estilo desahogado y chulapón de la presidenta madrileña tiene la singularidad de que no solo encanta a los votantes convencionales del PP, sino que seduce en no menor medida tanto a los ultras de Vox como a los todavía más indómitos y montaraces seguidores de Alvise. Ayuso es pura economía política, es una especie de tres en uno imposible de batir en el campo de batalla de la capital, pues votarla a ella es votar de una tacada al PP, a Vox y a Se Acabó la Fiesta. 

La prueba más palmaria de por qué Alvise es contingente pero Abascal es necesario cabría rastrearla en la abismal diferencia de atención informativa prestada desde los medios conservadores, por una parte, a la contabilidad sospechosa de Vox y, por otra, a la no menos creativa, si es que no delictiva, contabilidad del partido creado por Alvise Pérez, quien recibió 100.000 euros en efectivo de manos de un empresario de criptomonedas hoy investigado por la Audiencia Nacional al hallar la policía judicial indicios de una posible estafa piramidal.

Alvise es un grano en salva sea la parte del cuerpo conservador, mientras que Abascal es algo así como su brazo armado: el primero, una monstruosa excrecencia; el segundo, una valiosa extremidad. En general, la prensa conservadora está haciendo con Alvise lo que nunca hizo con Abascal: promover sus propias pesquisas en busca de pruebas que incriminen y acorralen al extravagante líder y atrevido fundador de Se Acabó la Fiesta. No hay ni un solo medio de derechas que no dé relevancia informativa a las andanzas financieras de Alvise, mientras que, pongamos por caso, el sospechoso traspaso de siete millones de euros desde Vox a la fundación privada Disenso que preside Santiago Abascal apenas mereció en su día la atención de esos mismos medios, conscientes todos ellos de que, aun con las contraindicaciones ya conocidas, el PP necesitará -sí o sí- a Vox para hacerse con el Gobierno de España. Por sus titulares los conoceréis, sí, pero también y no en menor medida por la falta de ellos.

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