El rey Felipe VI ha hecho público este lunes, "por decisión personal" y por primera vez, su patrimonio para mostrar la ''modernización'' y la ''ejemplaridad'' de la Corona en la vida pública desde su ascenso al trono. Se trata de algo más de 2,5 millones de euros, que se contraponen a las desorbitadas cifras que ha manejado su padre, Juan Carlos I, y que le han llevado a ser investigado tanto en España como en el extranjero. Concretamente, la justicia británica por una demanda de acoso presentada por la examante del emérito, Corinna Larsen, y la suiza, que han puesto varias cuentas y movimientos financieros del emérito bajo lupa.

Así, Felipe VI cuenta con un patrimonio de 2.573.392,80 euros, de los que 2.267.942,80 son depósitos en cuenta corriente o de ahorro y valores representativos de la participación en fondos propios de cualquier entidad y 305.450 euros son objetos de arte, antigüedades y joyas de carácter personal, tal y como ha publicado la Casa Real.

Según ha explicado Zarzuela en un comunicado, esta fortuna procede de las retribuciones percibidas por el rey en los últimos 25 años, primero como Príncipe de Asturias desde 1998 y luego como monarca desde 2014. En total, en este periodo ha percibido 4.275.766,94 euros, a los que hay que deducir las retenciones fiscales así como los impuestos satisfechos en estos años.

Con esta medida, Felipe VI busca dar respuesta a la demanda ciudadana de ''ejemplaridad'' en la vida pública de la Corona. "Esa demanda de regeneración pública está muy presente en los millones de personas que afrontan su trabajo cotidiano con esfuerzo y honradez, con vitalidad y generosidad" y que "a diario cumplen con sus obligaciones", señalan en el texto. Y es que el monarca quiere desvincularse por completo de los escándalos que rodean a su padre, quien se encuentra desde agosto de 2020 en Abu Dabi tras las investigaciones abiertas contra él por su patrimonio en el extranjero.

Los 65 millones de Corinna

Los poco más de 2,5 millones de euros del actual jefe del Estado se contraponen a las millonarias cifras que han salido a la luz de los ''negocios'' de Juan Carlos I. Uno de los más llamativos es la donación que realizó a Corinna por valor de 100 millones de dólares (65 millones de euros), una cantidad proveniente, a su vez, de una donación en 2008 del rey Abdalá de Arabia Saudí.

El pasado diciembre, el fiscal suizo cerró parcialmente la investigación que realizaba sobre la Fundación Lucum, organización panameña de la que era beneficiario Juan Carlos I, y en la que mantenía como investigados tanto a Larsen como a diversos gestores y banqueros. Esa fundación fue la depositaria de la donación saudí de 100 millones, que fueron a parar en cuentas y mansiones de Larsen.

Se trata de una comisión millonaria que habría recibido el emérito por las obras del AVE a La Meca. Sin embargo, el Tribunal Supremo ha cerrado las investigaciones abiertas en junio de 2020 sobre la supuesta fortuna que el emérito ocultó a Hacienda así como su origen. La Fiscalía no ha podido acreditar que hubiera cobrado esta comisión ni tampoco por qué el monarca saudí le regaló este montante.

Otras cifras

En suma, a los 65 millones habría que agregar otros movimientos opacos que tuvieron como beneficiario al emérito: casi dos millones que le regaló el sultán de Baréin y los más de 10 millones que tuvo en varios trust ubicados en paraísos fiscales. En 2010, el sultán de Baréin, Hamad bin Isa Al Jalifa, entregó 1.895.250 dólares a Juan Carlos I, quien dio el dinero en una maleta en Ginebra a su gestor. Antes, en 2004, se creó en la isla de Jersey el fideicomiso The JRM 2004 Trust, que llegó a acumular capital por encima de los 10 millones de euros, según la Fiscalía. Es decir, más de 77 millones de euros en concepto de comisiones y donaciones opacas.

También hay que señalar el patrimonio recogido en el 'Fortuna', el lujoso barco que tenía el emérito y del que se deshizo en 2012 para dar ejemplo de austeridad. Este yate, valorado en 21 millones de euros, se lo entregó como regalo el Gobierno balear del Partido Popular en el año 2000.

Ya en 2018 salió a la luz que Larsen y Juan Carlos I compraron a medias un apartamento en la exclusiva zona de Londres Eaton Square por 5,9 millones. De esta cantidad, el emérito transfirió como donación a Larsen casi 1.780.000 euros a través de un paraíso fiscal. Además, cabe destacar que ya en 1993, Juan Carlos I heredó de su padre, Juan de Borbón, más de 2,2 millones de unos depósitos que este tenía en Suiza.

A pesar de todas estas posibles irregularidades encontradas por la Fiscalía, este pasado mes de marzo el Supremo ha anunciado que no se va a querellar contra quien fuera jefe de Estado. Y es que no pueden ser investigadas ya que la mayoría han prescrito u ocurrieron cuando el rey era inviolable. Unas cantidades estratosféricas bajo el halo de la corrupción que se contraponen con los menos de 2,6 millones de euros que dice tener el actual monarca, Felipe VI.