En 2021 el suicidio se alzó como la primera causa de muerte externa en España. Por primera vez se superó la barrera de los 4.000 casos. Tiempo ha que los discursos sobre salud mental ganan enteros y todas las alarmas se han disparado, pero sigue siendo una asignatura pendiente. Las herramientas son mínimas y hay mucho trabajo por delante. Uno de los artífices de esta cruzada es Íñigo Errejón. La salud mental es uno de sus ejes programáticos. Este martes, ha registrado en el Congreso una Proposición no de Ley para la concesión de permisos remunerados a cargo del Estado para acompañantes de personas en riesgo de suicidio. La iniciativa podría aplicarse de forma “inmediata”, dada la urgencia del asunto, sin que sirva de óbice para no continuar con el resto de medidas impepinables, como es la ampliación de plantilla.

“Queremos que los médicos, cuando detecten que alguien está en riesgo de suicidio, puedan habilitar un permiso de hasta dos semanas para el acompañante que esa persona elija”, ha afirmado durante una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados. El objetivo es atajar la soledad, puesto que es “el mejor aliado de los pensamientos suicidas”, según figura en la exposición de motivos a la que ha tenido acceso ElPlural.com.

El diputado y líder de Más País ha razonado que es el Estado el que debe de financiar el permiso porque “tener el derecho de acompañar a esa persona que se quiere quitar la vida, que puede salvar la vida a esa persona, no puede depender del tipo de trabajo que tengas o de la condición económica”. Además, evitaría someter a los acompañantes al “dolor extra” que supone dejar en casa a una persona “que dice ‘yo me quiero matar, yo me voy a matar’”.

Errejón ha urgido a implementar la iniciativa, que es “sencilla, barata y se puede aplicar desde ya”, sin sustituir, por supuesto, “todo el paquete de cosas que tenemos que hacer”, refiriéndose a la imperiosa necesidad de ampliar las plazas en hospitales y en centros de día. Engrosar el número de psicólogos públicos, ha insistido, es condición sine qua non para que la asistencia “no dependa del dinero que tengas”.

Cifras alarmantes

Hasta hace relativamente poco se procuraba no hablar públicamente del suicidio. Los medios lo obviaban por prevenir un posible e indeseable efecto contagio. Aquel dique se fracturó ante su inefectividad.  La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que se trata de uno de los principales problemas de salud pública en toda Europa y que su magnitud se infravalora.

La Proposición no de ley de Más País recuerda que, “pese a este silencio, desde hace unos años las cifras de suicidio han ido aumentando tanto que los medios han comenzado a hablar de ellos. Con las precauciones que sugiere la OMS, se trata el tema con cuidado”. Porque no se puede eludir más una realidad que causa la muerte de más de 4.000 personas cada año y que va en aumento entre la población más joven.

Hoy por hoy, hay 11 veces más suicidios que homicidios y se estima que hay entre un 30% y 40% de suicidios ocultos, no registrados en las estadísticas oficiales. “No solo por ser una muerte ‘vergonzante’ para muchas familias, sino también por miedo a no percibir los familiares los seguros de vida. Además, por cada suicidio consumado se calcula que hay 20 intentos”, razona la formación de Errejón, que concluye que “hoy mismo hay alrededor de 200 personas en nuestro país que están intentando quitarse la vida”.

Hay 11 veces más suicidios que homicidios, hay un 30-40% de suicidios ocultos y se calcula que hay 20 intentos por cada uno consumado

Cierto es que los discursos políticos sobre el suicidio y las enfermedades mentales han ganado protagonismo, pero solo eso no es suficiente. “La mejor forma de actuar contra el suicidio es hacer que la gente tenga vidas que no sean trituradoras de esperanzas. La falta de perspectivas y futuro las encontramos en el origen de que muchas víctimas decidan emprender este camino. Cuando queda mucho mes al final del sueldo y se corre riesgo de perderlo todo, cuando se padece una depresión que se va complicando, cuando la cita para salud mental es para dentro de diez meses, o las sesiones que se ofrecen son cada dos meses y las pastillas ya no son suficientes para aguantar, el pozo es cada vez más profundo”, esgrimen en Más País.

La mejor forma de actuar contra el suicidio es hacer que la gente tenga vidas que no sean trituradoras de esperanzas

“Nuestro país tiene el récord de la Unión Europea en consumo de psicofármacos, pero obviamente estas sustancias no están consiguiendo parar los suicidios. El sistema sanitario invierte ingentes cantidades de presupuesto público (más de 700 millones/año) en dopar el malestar de la población, sin poner suficientes recursos en los elementos que permitirían revertirlo, como prestar atención cercana y actuar sobre los factores de riesgo y los factores de protección”, añaden.

En consecuencia, el sistema deber garantizar atención inmediata, ya que de nada sirve “seguir con los discursos a favor de combatir el suicidio” si no se proporcionan las herramientas adecuadas. Dado que, según Más País, “el mejor aliado de los pensamientos suicidas es la soledad”, el derecho a un permiso de acompañamiento es un buen punto de partido.