Todos los ojos estaban puestos sobre Cataluña. Tras el órdago independentista, el 1-O, un 155, una campaña hostil, unas elecciones envueltas en la más absoluta excepcionalidad, este miércoles 17 de enero se ha celebrado la sesión constitutiva del Parlament. Tal y como estipula el 2 artículo del Reglamento de la Cámara, la apertura corre a cargo de la Mesa de Edad, donde el diputado electo de mayor edad procede a dar el pistoletazo de salida a la sesión. Con este escenario como telón de fondo, Ernest Maragall, diputado de ERC y president temporal por ser el mayor de los parlamentarios presentes, ha utilizado esta prerrogativa no para iniciar la sesión y que la legislatura echara a rodar, sino que ha dedicado su discurso a glorificar el independentismo y verter una soflama de en favor de los diputados ausentes. Un acto más propio de un mitin.

Imaginemos la siguiente situación. Congreso de los Diputados, sesión constitutiva. El diputado de mayor edad es del Partido Popular y utiliza su discurso para cargar contra Podemos. O viceversa. O cualesquiera que sean los colores de quien suba al estrado. Lloverían ríos de tinta con críticas y vituperios. De hecho, la situación ha sido tan bizarra que quedará grabada en los libros de historia como la primera vez que un presidente de la Mesa de Edad utiliza el discurso inicial con fines mitineros.

Ernest Maragall ha dedicado sus primeras palabras a recordar que, en los asientos donde figuran lazos amarillos, deberían estar sentados los exconsellers, el exvicepresident Oriol Junqueras y el expresident Carles Puigdemont, pero no lo hacen porque “unos están en el exilio y otros en la prisión”.

“Deberíamos estar haciendo un debate ordinario, no el que estamos obligados a hacer sobre quien tiene derecho y quien no a votar, sus condiciones individuales y sus derechos como representantes de los ciudadanos”, ha dicho Maragall, quien ha añadido que “deberíamos estar hablando de la mesa de diálogo para habilitar las vías para la verificación democrática de la voluntad de los catalanes, esta sería la normalidad”.

“El voto del 21 de diciembre es la confirmación del 1-O”, ha afirmado al tiempo que ha señalado que “no abandonaremos la vía de la democracia directa, en el camino de un proyecto que si fuera sin todos los ciudadanos perdería sentido, proyecto al que llamamos república, pero también podría llamarse libertad o progreso”.

Maragall ha asegurado sentir “indignación por las agresiones que recibimos pero también una suma de razones de esta Cataluña que no se resigna, que quiere construir el país nuevo, digno que queremos ser”. “Yo no debería estar aquí, sin estas elecciones impuestas al amparo del 155 yo no estaría aquí. Sería ciudadano, más espectador que actor. Quien debería estar aquí son los que no están, Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Clara Ponsati, Antoni Comin, Lluís Puig, Jordi Cuixart y Jordi Sánchez”, ha sentenciado.

La líder de Ciudadanos, Inés Arrrimadas, ha pedido la palabra antes de proceder a la votación del president del Parlament para reprocharle su discurso.