"Estamos dispuestos a debatir cuando haga falta", dijo Floriano, aunque no por iniciativa propia, sino forzado por el emplazamiento de la portavoz del comité electoral del PSOE, Elena Valenciano, para celebrar debates entre los candidatos a las municipales y las autonómicas. El secretario de Comunicación del PP negó, como afirmaba Valenciano, que su formación estuviera poniendo trabas.

El PSOE de Castilla y León desmintió a Floriano
Un día después, el PSOE de Castilla y León, le recordó a Floriano que ellos habían pedido a través de “dos cartas” al presidente de esa Comunidad, Vicente Herrera, el debate, y también a través de los medios de comunicación, pero sin resultado. El secretario de Organización de los socialistas en la región, Pedro Muñoz, indicó que esperaba que tras las declaraciones de Floriano, Herrera accediera a polemizar con el candidato Óscar López.

Gómez quiere un cara a cara con Aguirre
En Madrid, el líder de los socialistas, Tomás Gómez, se encuentra en la misma situación. “Llevamos insistiendo desde hace semanas en que es necesario un debate en esta Comunidad” porque “los madrileños tienen todo el derecho del mundo a presenciarlo (…) independientemente de que haya otros debates con otras fuerzas”, afirmó esta semana Gómez, que preguntó a Esperanza Aguirre por qué se niega a un cara a cara. La presidenta madrileña accede sólo a hacerlo incluyendo a Izquierda Unida.

Camps, Valcárcel y Pedro Sanz no parecen dispuestos
Ni en la Comunidad Valenciana, donde gobierna Francisco Camps; ni en La Rioja, Pedro Sanz; ni en Murcia, Ramón Luis Valcárcel hay visos de que los ciudadanos puedan apreciar un cara a cara con los candidatos socialistas, Jorge Alarte, Francisco Martínez-Aldama y Begoña García Retegui, respectivamente.

Rajoy no marca una línea
A pesar de la afirmación de Floriano ["Estamos dispuestos a debatir cuando haga falta], el líder del PP, Mariano Rajoy, no ha marcado una línea al respecto, y lo ha dejado a la consideración de cada candidato, una postura contraria a las directrices del PSOE, que están siguiendo sus cabezas de lista, aunque sin éxito por las trabas de los populares.