La petición de la jueza argentina María Servini de citar a cuatro torturadores franquistas -dos de los cuales ya han muerto- ha centrado las miradas en uno de ellos Billy el Niño, que junto al exguardia Muñecas serán citados por el juez Ruz. Ayer, por El Intermedio pasó una de las víctimas de Billy el Niño para contar su experiencia, una faceta menos conocida de la vida del famoso periodista Paco Lobatón.

Lobatón se remontó a 1972, cuando era cartero, estudiante de Ciencias Políticas, pero sobretodo una persona comprometida con el movimiento estudiantil. Fue durante una asamblea de profesores en la que intentó entrar cuando conoció cara a cara a Billy el Niño.

Una pistola en la cabeza
La policía le interceptó al descubrir que no era profesor y “recibí una pistola en la cabeza. Recuerdo aquel toque frío. Ese fue el encuentro”. "Tuve la inconsciencia de intentar zafarme de los que me detenían por lo cual fui acusado de desórdenes públicos y atentado a la fuerza pública", relató Lobatón en El Intermedio.

"Le vamos a liquidar aquí mismo"
Le bajaron a su aula y allí "empezaron los golpes". Después, Billy el Niño se hizo cargo de él y “me ‘acompañó’ amablemente hasta la dirección general de seguridad”. Ahí fue donde empezó lo peor, al entrar en el coche policial: "Te sobrecoge y más si el individuo que hay detrás, al pasar por el Parque del Oeste, le decía al conductor ‘para, para que a este le vamos a liquidar aquí mismo’". Entonces, Billy el Niño sacó una porra extensible que le habían regalado sus amigos nazis italianos y “la empezó a aplicar sobre mi pecho y me golpeó incesantemente hasta llegar a Sol”.

Un juicio "inaudito"
Lobatón consiguió que se levantara un acto gracias a que el médico recogió en un atestado sus lesiones, por lo que Billy el Niño fue llamado a juicio. "Algo inaudito", según el periodista, que acabó en una condena de un día sin empleo y sueldo.

Otras torturas
Dice Lobatón que recibió muchos golpes, "pero no fue tortura". Algo que según él sí le ocurrió a un amigo, que estuvo detenido durante una semana entera y se le practicó tortura "en distintos formatos". Este amigo “tuvo que pasar un mes entero en enfermería. Él no pudo andar hasta un mes después”. Ambos compartían el delito de ser estudiantes luchado por tener libertad.

Cinco años de cárcel
El periodista, por su parte, fue condenado a cinco años y medio "por asistir a una reunión", a lo que se sumaron las acusaciones de atentado por los desórdenes públicos, asociación ilícita... Tras pasar por la cárcel de Carabanchel decidió marcharse y exiliase en Ginebra.

Hacer memoria
Sobre la intención de la jueza Argentina de actuar contra los torturadores y el franquismo, Lobatón piensa que “que la justicia debe hacerse pero que es más saludable para nuestra democracia que se resolvieran esas cosas aquí. Hacer memoria es la mejor manera de reconciliarnos con nuestra propia historia”.