En esta segunda jornada de Sesión de Investidura Pedro Sánchez se ha sometido al plebiscito de la Cámara. La aritmética, al menos de momento, ha sido desfavorable a sus intereses. 124 síes que, teniendo en cuenta que en esta votación era necesaria una mayoría absoluta, son insuficientes para ser elegido presidente del Gobierno. 

Uno de los más críticos durante este debate ha sido Albert Rivera. En su pugna por liderar la oposición, ha imprimido un tono duro a sus intervenciones, calificando el "plan Sánchez" de "sectario". 

“Puro teatro señor Sánchez. Es lo que lleva haciendo desde hace tres meses. Y hoy nos trae aquí un truco de los malos, usted está aquí y en la habitación de al lado está pactando con los golpistas y los populistas”, indicó desde la tribuna de oradores el líder naranja este lunes, enumerando a “Otegi, Torra y Batasuna” para afianzar su argumentario.

“Tiene un plan y tiene una banda: Otegi brindando, nacionalistas en Navarra, nacionalistas en la Comunidad Valenciana, Podemos en la economía”, enumeró. 

Así las cosas, Albert Rivera, antaño defendor del "espíritu de la Transición" y el "talante democrático", oficializa su abandono de este espectro político rindiendo pleitesía a derechas y rechazando cualquier tipo de entendimiento con otros partidos que no sean Vox y el PP.

Pero no quedó ahí. Tambien hoy, a la salida de la sesión y con el voto negativo de la mayoría de la Cámara al presidente del Gobierno en funciones, ha ratificado su oposición en los siguientes términos: "NO al sectarismo, NO a los privilegios, NO a la desigualdad, NO a la banda de Sánchez, NO al Plan Sánchez", añadiendo "SÍ a la convivencia, SÍ a la libertad, SÍ a la igualdad, SÍ a la Constitución, SÍ a España".

Incendiarias declaraciones que le valen la crítica de sus rivales, cansados de la teatralización de las intervenciones de Rivera cada vez que tiene la oportunidad de cargar contra sus rivales.