“¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, con lealtad al Rey y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?” A esta pregunta podrán responder todos los vecinos de Boadilla del Monte el próximo siete de mayo en la jura de bandera que organiza el Ayuntamiento de la localidad madrileña, según ha anunciado el propio Consistorio.

Su propio alcalde, el aguirrista y ultracatólico, Antonio González Terol, quien también es diputado del PP en el Congreso, ha presentado a través de Facebook este “acto muy importante” para “confirmar los valores constitucionales y el compromiso como ciudadanos con España”.

Este acto, de un alto contenido simbólico, patriótico y militar, “es un motivo de orgullo para muchas personas que estoy seguro estaréis deseando hacer este juramente como civiles”, afirma Terol. Este acto tan peculiar ya se ha realizado en otras localidades madrileñas, como en Alcorcón, con el polémico David Pérez a la cabeza.

Un alcalde ‘ordenado’

Una jura de bandera como ésta es una muestra de marcado carácter de derecha radical de su alcalde, miembro de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén y de la Orden Justiniana de San Jorge.

Además, Antonio González Terol es el alcalde de uno de los epicentros de la trama Gürtel y un conocido amigo de Esperanza Aguirre. Con sólo 38 años, ha sido en el PP director general de Juventud de la Comunidad de Madrid durante cuatro años, otros cuatro director general de Asuntos Europeos, durante más de una década diputado regional de la mano de Aguirre e, incluso, tres de esos años ya era el alcalde de Boadilla. Ahora, cobra por dedicación exclusiva como diputado nacional y por acudir sólo a los plenos y juntas del Ayuntamiento cerca de 80.000 euros.

Y es que lleva más de 16 años ostentando cargos políticos con varias manchas a destacar. Mientras que la instrucción del macrocaso Gürtel se iba desarrollando y el juez José de la Mata seguía imputando a personas vinculadas al Ayuntamiento de Boadilla, Terol miraba para otro lado y se dedicaba a atacar a Ana Garrido, una de las denunciantes que ayudó a destapar el caso de corrupción.

Hasta en Intereconomía han llegado a exigir la dimisión de Terol por el acoso, probado ante la Justicia, que sufrió Ana Garrido.