En una carta dirigida a los residentes en el municipio, el alcalde justifica la reacción de los vecinos, que, según dice, se llevaron una "sorpresa" cuando "vieron a unos forasteros desconocidos del pueblo en un semicírculo portando una pancarta que decía ‘Somos los nietos de los obreros que no pudisteis matar’".

Un insulto
El político popular afirma que la protesta de defensores de la Memoria Histórica contra su decisión de trasladar los restos de los represaliados desde la denominada “tumba por la libertad” a una fosa común sin el consentimiento de los familiares es "un insulto a una masa del pueblo por parte de unos forasteros, más alguno del pueblo".

Dice que tuvo la autorización de los familiares (de uno)
Según explica Antonio Cerro, el traslado de los restos "se ha hecho en todo momento con la previa autorización del ayuntamiento y el consentimiento de los familiares", aunque a continuación precisa que fue un solo familiar quien había mostrado "su desacuerdo con la inclusión en la tumba donde reposaban los restos de su abuela de los de otros siete fusilados exhumados en 2010 en la Cuesta del Avión, en Poyales".

Este familiar, según asegura el alcalde, pidió el traslado del cuerpo de su abuela a un nicho de su propiedad, lo que se comunicó al resto de los familiares de los asesinados. Sin embargo, la realidad es que cinco de los enterrados bajo la tumba ni siquiera tuvieron descendencia.

Uno de los familiares dio su negativa
Otro de los familiares, Yash Paul Gosain, bisnieto de la fusilada Pilar Espinosa, asegura que dio su negativa a la jueza de paz, apenas dos días antes de la apertura de la tumba, según Público.

"La tumba estaba en mal estado"
El alcalde insiste en su versión y defiende que al abrir la tumba "se pudo comprobar el mal estado en el que se encontraba", por lo que "hubo que trasladar los restos a la fosa común, en todos los casos previa solicitud de los familiares".

Acusa a las asociaciones de buscar el escándalo
El alcalde popular, que acusa a las asociaciones de la Memoria de buscar el "escándalo”, sigue los pasos de la presidenta de Nuevas Generaciones del PP, Beatriz Jurado, que acusó, el martes pasado, al “zapaterismo” y su intención de querer “resucitar a los muertos” de estar detrás de los enfrentamientos de los vecinos del pueblo con defensores de la Memoria Histórica.