El que fuera diputado y secretario general de Convergéncia i Unió, Josep Antoni Duran i Lleida, ha publicado un libro en el que repasa los acontecimientos más relevantes de su vida política. El riesgo de la verdad abarca desde el final del franquismo hasta la actualidad, donde abordará la crisis catalana y el procés independentista.

Duran i Lleida sostiene que los hechos ocurridos el 1-O no pueden calificarse como rebelión o sedición. Sin embargo, añade que los políticos catalanes que están siendo juzgados por el Tribunal Supremo “no se pueden ir de rositas”. “Nadie lo entendería”, desliza el ex de CiU que considera los pasos dados por los dirigentes catalanes como “muy graves”.

El exdiputado ha criticado con dureza al nacionalismo catalán, acusándoles de colapsar “la política en Cataluña y en España”, además de “destruir el catalanismo”. Achaca también la consolidación de Ciuidadanos y el despertar de la extrema derecha a los dirigentes soberanistas. “Un desastre”, precisa.

Considera que se necesitarán “grandes dosis de reconciliciación” para encontrar una “propuesta política” que ayude a cicatrizar la herida generada en los últimos años. “Una España plural y con diversidad de sentimientos nacionales, culturas y lenguas”, puntualiza el exdiputado y buscar un consenso para la reforma constitucional.

Critica que los dirigentes independentistas califiquen a España como “un país bananero” y añade que en Cataluña “no hay, ni de lejos, una mayoría a favor de la secesión” y que la solución no pasa por la intervención de la Unión Europea.

Contra Puigdemont y Mas

Duran i Lleida también se ha despachado a gusto contra el expresident de la Generalitat, y miembro de su propio partido, Carles Puidemont. Del que fuera líder de los convergentes ha destacado que “es más de la CUP”, además de calificarle como “un chiflado y un iluminado”.

Contra Artur Mas también se ha mostrado especialmente duro, pues le atribuye la responsabilidad de dirigir a Convergéncia a la deriva independentista, abandonando, así, el autonomismo. Además le describe como una persona “distante” y con poca manera de “político”.