El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha confirmado este jueves ante el tribunal que juzga el proceso independentista en Cataluña su labor de "enlace" a petición de Carles Puigdemont entre la Generalitat de Cataluña y el Gobierno central desde el verano anterior al referéndum independentista del 1 de octubre de 2017, pero ha querido dejar claro que el exjefe del Ejecutivo Mariano Rajoy siempre fue "renuente" a dar cualquier paso "que pudiera interpretarse como una negociación que traspasara los límites de la Constitución".

Según ha explicado Urkullu, esta labor comenzó después de que el expresidente catalán Carles Puigdemont le trasladara, el 19 de junio de 2017, la situación de "bloqueo absoluto" en las relaciones entre la Generalitat y el Gobierno central. Fue en un encuentro de cuatro horas, ha relatado, en el que le solicitó que tratara de "encauzar la relación para encontrar una solución pactada" entre las dos administraciones.

Así lo ha contado el lehendakari a preguntas de Francesc Homs, abogado del exconsejero catalán Josep Rull, que era quien había solicitado la comparecencia en calidad de testigo para que cuente su experiencia en los meses previos al referéndum y la declaración unilateral de independencia (DUI) y cuál fue su trabajo para intentar reconducir la situación.

Después de reunirse con Puigdemont mantuvo un encuentro en la sala de autoridades del aeropuerto de El Prat (Barcelona) con la entonces vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, a la que informó de su conversación con el expresidente catalán, por lo que le pidió que se lo trasladara a Rajoy. La reunión se materializó el 19 de julio en el Palacio de la Moncloa y versó "exclusivamente" sobre el problema con Cataluña.

Su actuación no se limitó a una "intermediación" entre Presidencia del Gobierno y Generalitat, sino que ese verano mantuvo "muchas conversaciones, encuentros, comunicaciones con personas con diferentes responsabilidades" del "ámbito social, político, económico y empresarial".