Las grabaciones de Corinna zu Sayn-Wittgenstein en las que confiesa al polémico comisario José Manuel Villarejo y al empresario Juan Villalonga que el rey emérito la estaría utilizando como testaferro para ocultar patrimonio y propiedades en el extranjero ha provocado un auténtico movimiento de placas tectónicas. La Audiencia Nacional ya tiene las grabaciones y deberá dilucidar en otoño si acusa de blanqueo a la examiga de Juan Carlos I, sobre quien también planea la duda de una posible apertura de procedimiento. Pero, ¿y si todo fuese un montaje?

En las últimas horas van en aumento las dudas sobre las grabaciones. Concretamente, se cuestiona si la voz es realmente la de Corinna. En un artículo publicado en La Vanguardia, Fernando Ónega abre la veda: todo es un montaje de la “Factoría Villarejo”.

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“La historia es fantástica”, arranca el artículo Ónega. Y es que, el relato de película tiene una pega: “Lo malo es que la voz de la señora que se oye en la grabación no parece la de Corinna”.

El periodista añade que “lo sorprendente es que uno de los periodistas que tuvieron acceso a las cintas confesó en Telecinco que la Corinna que habla en inglés en la cinta no parece la misma que la Corinna que habla en castellano. Y lo milagroso es que la supuesta señora Corinna no dominaba el castellano cuando era tan amiga del rey. Pero, por algún prodigio de la naturaleza, domina el idioma a la perfección, sólo con el llamativo detalle de un leve acento francés, algo poco frecuente en una persona de nacionalidad alemana”.

Asimismo, duda de que, en caso de que fuera cierto y el rey emérito pusiera fincas a nombre de Corinna a sus espaldas y luego le pide su devolución, “esa señora se lo confiese a un policía al que acaba de conocer, sin miedo a estar confesando un delito y sin miedo a que le caiga una inspección fiscal”.

Ónega cuestión que “una mujer de tanto mundo” le confíe a un comisario todos estos datos, entre ellos, cuentas en Suiza. Y sentencia: “¿Saben lo que pienso? Que todo esto es una gran ficción; que la Corinna de las grabaciones no es la Corinna que fue entrañable amiga del rey Juan Carlos; que no es ninguna casualidad que la otra institución atacada en las supuestas confidencias sea el CNI, por el que Villarejo siente una especial aversión y al que culpa de su estancia en la cárcel; que jamás hubo el intento de robo en el apartamento de Corinna, y que en esta historia hay algo de montaje”.