Como si de una operación a corazón abierto se tratase, los medios de comunicación, las formaciones políticas y la sociedad civil miran con lupa y examinan hasta el más mínimo detalle de la Universidad Rey Juan Carlos. Los escándalos sobre los cursos de máster que han trascendido en los últimos meses relacionados con el Instituto de Derecho Público y cuyos protagonistas han sido Cristina Cifuentes, Pablo Casado y Carmen Montón han sacudido el tablero y han situado el foco sobre la propia universidad. Pero a pesar de la luz aportada, aún quedan muchas sombras, y personajes relevantes escondidos en la penumbra. Y es que, se ha podido ver al actual rector de la URJC, Javier Ramos, ofrecer ruedas de prensa y comparecencias, pero no se ha visto al rector que dirigía la institución en el momento en que se produjeron las irregularidades: Pedro González-Trevijano.

Casado cursó el máster en Derecho Autonómico en 2008/2009, Cifuentes el mismo en 2011/2012 y Montón el máster en Estudios Interdisciplinares de Género en 2010/2011. Además de haber estudiado todos en el Instituto de Derecho Público (que pertenece a la URJC y que fue cerrado tras las polémicas), todos ellos tienen un denominador común: el rector de la universidad era Trevijano.

Pedro González-Trevijano es, actualmente, magistrado del Tribunal Constitucional por obra y gracia de Mariano Rajoy, quien le nombró junto a Enrique López en 2013. Desde el año 2002 y hasta 2013, momento en que el expresidente del Gobierno le coloca en el TC, fue rector de la URJC. Es decir, hacía y deshacía, ya que según el artículo 76 de los Estatutos de la Universidad, “el rector es la máxima autoridad académica de la Universidad, ostenta su representación, ejerce la dirección, gobierno y gestión de la Universidad, preside el claustro universitario y, con excepción del Consejo Social, los demás órganos colegiados de la Universidad cuya presidencia le corresponda de conformidad con los presentes Estatutos”. Y bajo su mandato se produjeron todas las irregularidades que a día de hoy regresan como si del fantasma de las navidades pasadas se tratase.

Trevijano ha guardado un silencio sepulcral. Ni una sola declaración sobre las informaciones publicadas o las investigaciones en curso.

Todo queda en familia: sus relaciones con el PP

La relación de Trevijano con el PP no se limita al sillón que Rajoy le colocó en el Constitucional. Viene de lejos. Durante su etapa estudiantil coincidió con Gustavo Villapalos, un joven profesor que acabó convirtiéndose en decano y rector de la Universidad Complutense. Fue Villapalos, amigo de Cifuentes y consejero de Educación y Cultura con Alberto Ruiz-Gallardón, quien fundó la URJC en 1996, y tras unos años convulsos, Trevijano fue el primer rector que duraría varios mandatos.

El magistrado ostentó el cargo desde 2002 hasta 2013, pero sus mandatos no estuvieron exentos de irregularidades. En 2005 volvió a ganar las elecciones, y a pesar de que la normativa de la universidad no permite sumar más de dos mandatos, en 2009 se volvió a presentar alegando que dicha normativa fue aprobada mientras ya estaba en el cargo y no tenía carácter retroactivo.

Pero además de las irregularidades, su mandato también estuvo marcado por sus relaciones con el Partido Popular. Durante su etapa al frente de la URJC, varios políticos entraron en la universidad: Isabel Ruiz-Gallardón García de la Rasilla, prima del exministro y presidente de la Comunidad de Madrid; Margarita Cifuentes Cuencas, hermana de la expresidenta regional; Isabel Mayor Bastida, sobrina del exministro Jaime Mayor Oreja; o María del Mar Alarcón, cuñada del exnúmero dos de Esperanza Aguirre, Francisco Granados. Además, la mujer de Trevijano, María Teresa Martín del Peso, también trabaja allí como personal administrativo y, al igual que Villapalos, es amiga de Cifuentes.

Trevijano también mantuvo numerosos contactos y una relación fluida con Enrique Álvarez Conde. A pesar de que las malas lenguas señalan que Álvarez Conde, imputado en el caso Máster de Cifuentes, era uno de los principales rivales internos de Trevijano. No obstante, ambos firmaron la paz mediante un acuerdo de reciprocidad: yo te doy y tú me das. Es en esta etapa cuando Álvarez Conde pone en marcha el Instituto de Derecho Público, que a día de hoy no es más que un instituto cerrado por el lodazal en el que está sumido.

Sus relaciones con el PP y las irregularidades a la postre conocidas no son sus únicos puntos negros. Eldiario.es publicó una grabación en la cual se acusaba a Trevijano de protagonizar un intento de soborno durante su etapa como rector.

La pregunta es: ¿Dónde está Trevijano? ¿Por qué nadie habla de él? Al fin y al cabo todas las irregularidades de los diferentes másteres se produjeron bajo su mandato. A día de hoy, Trevijano descansa imperturbable en el sillón que le colocó Mariano Rajoy en el Constitucional.