El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no asistirá a las pompas fúnebres en honor al senador John McCain, fallecido hace dos días tras luchar contra un cáncer cerebral, informó la Casa Blanca en un comunicado.

La nota precisó que, aunque Trump no asistirá a las exequias, ha pedido a tres altos funcionarios que lo representen: el secretario de Defensa, James Mattis, el jefe de Gabinete, John Kelly, y su asesor de seguridad nacional, John Bolton.

El portavoz de la familia de McCain, Rick Davis, citado por el diario The Washington Post, había avanzado anteriormente que el mandatario no tenía intención de acudir: "El presidente, por lo que sabemos, no asistirá al funeral. Es un hecho", declaró Davis.

En lugar del actual jefe de Estado, apuntó el propio Davis, serán los expresidentes Barack Obama (2009-2017) y George W. Bush (2001-2009) quienes tomen la palabra en las exequias, que se celebrarán el próximo sábado en la catedral de Washington. Un día después, el veterano de la Guerra de Vietnam recibirá sepultura en la base naval de Annapolis, en Maryland.

A pesar de ser ambos republicanos, la animadversión existente entre Trump y McCain era por todos conocida, por lo que no extrañó que hace ya un tiempo, después de dar a conocer la gravedad de su enfermedad, el propio senador dijera que no quería que el presidente hablara en su funeral.

Además de las exequias, está previsto que la clase política de Washington presente sus respetos a este senador, de 81 años, que pasó más de tres décadas vinculado a la Cámara alta con la instalación de una capilla ardiente en el Capitolio, un honor reservado a una treintena de personas a lo largo de la historia del país.

Polémica por la reacción

 La tibia reacción del Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a la muerte del senador republicano John McCain continúa generando polémica, después de que la Casa Blanca amaneciera este lunes con las banderas izadas, tras poco más de día y medio de duelo.

A pesar de que la mala relación entre Trump y McCain era vox populi, las redes sociales reaccionaron este lunes con una mezcla de estupefacción e indignación al hecho de que la bandera de la residencia presidencial volviera a ondear con normalidad, después de haber sido bajada tras la muerte del senador el pasado sábado.

Esta decisión de la Casa Blanca molestó incluso a asociaciones de veteranos que a lo largo del día habían instado al presidente a mostrar el respeto "apropiado" a un veterano de Vietnam que, además, fue prisionero de guerra durante más de cinco años.

"Le urjo a realizar la apropiada proclamación presidencial reconociendo la muerte y el legado en servicio a nuestro país del senador McCain y a que las banderas ondeen a media asta hasta su entierro", reclamó el comandante nacional de la asociación de veteranos The American Legion, que cuenta con más de dos millones de miembros.

Finalmente, ya a media tarde local, la Casa Blanca volvió a bajar su bandera y dejarla de nuevo a media asta.