Ya han pasado varios días desde la celebración de las elecciones generales del 23 de julio, pero todavía no está todo decidido. Ni la victoria en las urnas del Partido Popular va a servir a Alberto Núñez Feijóo para formar ejecutivo, y por lo tanto está en el aire quién será el próximo presidente del Gobierno, ni están contabilizados todos los sobres. Queda el voto CERA, que las tres principales formaciones reivindican como suyo desde distintas posiciones. Mientras los populares ven más cerca la conquista de varias posiciones a costa del PSOE y de Junts, los de Pedro Sánchez se muestran cautos sin perder toda la esperanza y señalan que este recuento no va a mover ni un ápice los resultados actuales. Por su parte, en Sumar también aseguran que pueden quedarse con el último escaño en alguna provincia y llegar a ser tercera fuerza.

Con más del 70% de la participación, y una vez sumado el voto por correo, no está todo dicho. El voto CERA -aquel que corresponde a los españoles residentes en el extranjero que están inscritos en la Oficina Consular del país en el que residen- puede mover algunas fichas en el tablero de hasta uno y tres diputados en algunos territorios, como Asturias o Málaga. Su escrutinio no comenzará hasta el próximo 28 de julio, cinco días después de las elecciones, tal y como establece el artículo 75 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), pero las formaciones ya empiezan a vislumbrar (o desear) un cambio en sus registros tras la cita con las urnas este domingo. Todo para poder mostrar un mayor apoyo por parte de los nacionales fuera de nuestras fronteras y para avanzar posiciones con respecto al resto de fuerzas.

El PP ve suyos varios escaños

En este sentido, el Partido Popular ve más cerca de sí mismo obtener varios escaños en algunas provincias, pero ven especialmente determinante la situación en Madrid y Girona. En ambas regiones los populares dicen tener bastantes opciones de arrebatar los últimos asientos para avanzar posiciones, concretamente a costa de PSOE y Junts per Catalunya, respectivamente. En el caso del territorio catalán, los asentados en Génova 13 necesitarían cerca de 400 votos más que los independentistas para arrancarles un diputado. En el caso de la capital de España, la diferencia es también muy ajustada entre los de Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez. Los populares tendrían que adelantar a los socialistas en unos 1.600 apoyos más para obtener un nuevo asiento.

En el cuartel general del PP ven factible ambas opciones, pero se muestran muy cautos. Y es que dicen ser conocedores de la coyuntura y admiten que incluso consiguiendo estos dos escaños tan refutados no cambiaría notablemente la situación de escollo en la que se encuentran para formar un futuro gobierno. Con todo, se muestran optimistas y apuntan también a otras localidades -como Cantabria, donde afirman que podrían lograr otro puesto en detrimento de Vox-; sin embargo, esto es bastante improbable porque la distancia entre las formaciones es mayor a las provincias citadas anteriormente. Rondan en torno a cerca de 2.000 votos de diferencia, lo que hace muy complicado llegar a superar al siguiente en la lista, teniendo en cuenta que no tiene la misma relevancia y peso en todas las regiones a cuenta de la conocida como ley D'hondt.

Así, de cumplirse los dos supuestos con más posibilidades -es decir, que consiga arrebatar el último escaño en Madrid y Girona-, el PP se quedaría con 138 escaños mientras el PSOE retrocedería hasta los 121 y Junts a los seis. Esto colocaría encima de la mesa un panorama diferente, aunque no determinante, a la hora de intentar formar un ejecutivo. Y es que en estos momentos los socialistas podrían sumar 172 en coalición con Sumar y el apoyo de los socios -como ERC, EH Bildu, PNV y BNG- frente a los 170 del PP con el de Vox y UPN -Coalición Canaria y el PNV ya han rechazado esta opción-. De esta forma, Sánchez solo necesitaría la abstención de Junts para revalidar el gobierno progresista o volver a convocar elecciones, mientras Feijóo está completamente solo.

El PSOE rebaja expectativas

Enfrente, los socialistas. En menos de 24 horas tras las elecciones generales y el ánimo festivo mostrado desde las puertas de Ferraz, las expectativas bajaron en el cuartel general del Partido Socialista. En la misma noche electoral hay quien creía fervientemente que el voto CERA podría remover un poco más las aguas de la aritmética parlamentaria. Voces próximas a la Ejecutiva federal consideraban un aliciente el sufragio en el extranjero en circunscripciones como Girona o Canarias e incluso Ceuta. De hecho, en la Ciudad Autónoma, los de Sánchez se han quedado a 1.516 votos de arañarle un escaño al Partido Popular. 

No obstante, a pesar de que aún hay un tenue halo de esperanza en ciertos sectores de la organización, los socialistas creen que el voto de los españoles en el extranjero no alterará absolutamente nada el resultado del 23J. Lo cual no impide que en Ferraz no se quite el ojo a lo que pueda ocurrir en circunscripciones como Tarragona, donde el PSC se ha quedado a 1.300 votos de arrebatarle un parlamentario a Junts; o en Palencia, donde el Partido Socialista sumaría un diputado a costa del PP si aglutinase un total de 1.081 sufragios. Y es que tanto en el caso de los socialistas como de los populares el cambio sería endémico robándole puestos al contrario, e incluso a los nacionalistas catalanes.

Sumar aspira a la tercera fuerza

Mientras los dos grandes partidos a la cabeza se enfrentan por alcanzar el primer puesto, en Sumar la gran esperanza es superar a Vox y convertirse en tercera fuerza. En su caso, clave para el relato de triunfo en la lucha contra la extrema derecha. Apenas 15.000 votos separan a los de Yolanda Díaz de los de Santiago Abascal y, tras el bloqueo de Feijóo, verían un gran éxito superar también a la ultraderecha. De hecho, en la práctica lo consideran una victoria y apenas dan importancia al hecho de haberse quedado terceros o cuartos ante un margen tan estrecho de votos, tal y como indican fuentes cercanas a Sumar.

Aunque se muestran cautos, esperan que baile el resultado de escaños y que Junts pierda alguno, elevando la presión sobre el partido de Carles Puigdemont, con quien han iniciado las conversaciones para desencallar la situación. Además, confían en que los asientos que se pierdan en el lado conservador pasen directamente a manos del PSOE, en especial los de Girona y Málaga, sin descartar el que está en el aire en Canarias. De esta forma, creen que se facilitaría todavía más el presumible encargo de Felipe VI a Pedro Sánchez para conformar un gobierno y evitar una investidura fallida de Feijóo, lo que retrasaría todavía más las cosas hasta finales de septiembre.