Este domingo 12 de noviembre no podía terminar de otra manera. Manifestantes ultracatólicos rezando un rosario a escasos metros de la puerta del PSOE en la céntrica calle Ferraz de Madrid y a las puertas de la iglesia del Inmaculado Corazón de María, situada en la intersección con Marqués de Urquijo. Una imagen que evoca la necesidad de la ultraderecha de tratar de resolver los conflictos humanos con ayuda divina. Un símbolo de la impotencia de los manifestantes que ven cómo Pedro Sánchez, con toda seguridad será presidente del Gobierno y se repetirá un Gobierno progresista al frente de España. Y solo Dios puede ayudarles a impedirlo.

Tras el rezo, la violencia. Durante la décima noche de manifestaciones en Ferraz, se ha vuelto a experimentar momentos de tensión en el momento en el que los manifestantes más radicales, enmascarados, se han colocado en primera fila frente a las vallas que resguardan cada día el acceso a la sede del PSOE. Como cada día, han arrojado botellas y otros objetos hacia los agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP). Siguiendo el patrón de las diez jornadas de protestas, alrededor de las 22:00 horas, la atmósfera de la concentración se ha vuelto tensa, lo que ha llevado a la Policía a posicionarse en primera línea. A pesar de esta situación, la jornada ha sido más tranquila que en los días anteriores y ha terminado sin incidentes reseñables. 

Décimo día de protestas

Las protestas frente a la sede del PSOE en Ferraz han persistido durante la décima noche con una considerable presencia policial y la interrupción del tráfico en la calle Ferraz. Cerca de 1.200 personas se han congregado para expresar su rechazo a la ley de amnistía, tras la multitudinaria manifestación convocada por el Partido Popular en la Puerta del Sol en la mañana del domingo. La presencia fue creciendo a lo largo de la tarde, con la participación de figuras como el líder de Vox, Santiago Abascal, y otros dirigentes del partido.

Las fuerzas de seguridad, como ha sido habitual en los últimos diez días, han acordonado la sede del PSOE con vallas y un amplio dispositivo de seguridad. Aunque el inicio de la manifestación ha transcurrido pacíficamente, alrededor de las 21:00 horas, el tono de la protesta se ha intensificado con la llegada de más personas y la posición de los manifestantes más radicales en las primeras filas.

Los radicales han dirigido gritos e insultos hacia el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, así como hacia otros líderes, incluyendo al expresidente catalán Carles Puigdemont. También se han realizado consignas homófobas y racistas, como "En Madrid ni un puto MENA" y "Los españoles primero". Además, se han escuchado proclamas a favor de José Antonio Primo de Rivera y críticas contra los medios de comunicación, señalándolos como "Prensa española manipuladora".