Tras los fuegos que arrasaron Galicia a mediados de octubre causando cuatro víctimas mortales, este medio ha denunciado en distintas ocasiones a la Consellería de Medio Rural del gobierno gallego, por incumplir normativas en distintos ámbitos.Desde la acumulación de material caducado y residuos químicos sin control en la base de Xinzo de Limia, hasta el informe que emitió Inspección de Trabajo sobre incumplimientos laborales y tareas de extinción en los 19 distritos forestales de la comunidad.  En la última irregularidad, publicada en exclusiva por El Plural el pasado noviembre, hacíamos públicas las tareas de mantenimiento integral, es decir, inspecciones que corresponden por horas de vuelo, que la empresa Babcock, adjudicataria del servicio integral de helicópteros destinados a la prevención y defensa contra incendios forestales del departamento de Medio Rural del ejecutivo gallego, estaba realizando en una base de la administración autonómica situada en Toén (Ourense).

Fuentes consultadas por este medio aseveraban que se estaba produciendo una vulneración sobre el mantenimiento de aeronaves de transporte aéreo, concretamente el parte 145 de AESA, que regula los requisitos técnicos, operativos y administrativos que debe cumplir una Organización de Mantenimiento de Aeronaves, incluyendo los correspondientes a su certificación como organización aprobada. Al mismo tiempo nos preguntábamos, quién había autorizado a una empresa privada a hacer estas tareas en una base pública, fuera de contrato de campaña de incendios, cuando el lugar legal más cercano para realizar este tipo de trabajos es el aeropuerto de Santiago de Compostela. 

CIG denuncia a Babcock ante AESA

Ahora es la Confederación Intersindical Gallega (CIG), quien solicita a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, la investigación de los hechos y la sanción correspondiente, ya que entiende que “las citadas actividades de mantenimiento integral de aeronaves fuera de las instalaciones a tal fin vulnera la normativa de mantenimiento de transporte aéreo”. 

En la denuncia también se asegura que en los días anteriores, se habían reunido en las instalaciones hasta un total de cinco helicópteros que estaban siendo revisados por tres técnicos de la empresa Babcock; así como la existencia de productos químicos tóxicos y cancerígenos, junto a residuos que fueron depositados en un contenedor de obras en la base de Toén, donde aseguran se acumula material de mantenimiento de la empresa. Al tiempo que señalan la convivencia del personal de tierra de esta base con los productos descritos sin ningún tipo de protección.

Para terminar, también ponen de manifiesto una posible vulneración del pliego contractual con la empresa, ya que en esa base tiene que existir un helicóptero modelo Puma, que podrá ser sustituido temporalmente por dos aeronaves modelo Bell 412 y B3, pero durante los días 28, 29 y 30 de noviembre, solo se encontraban tres modelos Bell 412, de los cuales dos no pertenecen a esa base.

Difícil justificación puede tener el gobierno presidido por Núñez Feijoo ante esta situación. Apelar al desconocimiento resultará difícil de creer, ya que las cámaras de seguridad que existen en el recinto están siendo visionadas desde la central provincial en todo momento. Por otra parte a las pruebas gráficas que acompañan la denuncia, se suman las testimoniales.