Los vecinos madrileños del barrio de Malasaña están más que enfadados con la decisión tomada desde el Ayuntamiento que dirige Manuela Carmena y que ha vetado la votación de un proyecto para un centro socio/comunitario mientras su concejal de urbanismo se comprometió a respetar la voluntad de los vecinos.

A través del colectivo Plataforma Maravillas, los vecinos han hecho saber al Consistorio su malestar acusándole de primero invitarles a organizarse y hacer propuestas en los Presupuestos Participativos a través de herramientas como Decide Madrid, pero luego limita la capacidad de decisión tomando medidas previas a las votaciones.

Los vecinos explican que en 2016 Malasaña presentó el proyecto de un Centro Socio-Cultural en las plantas vacías de San Bernardo 68. Entonces la propuesta superó la primera fase y todos los requisitos técnicos requeridos por el Ayuntamiento, simplemente no alcanzó los votos necesarios en la votación final.

Este año el Concejal de Urbanismo, José Manuel Calvo, anunció a las 62 organizaciones vecinales que componen la Plataforma Maravillas, que pretendía instalar sus oficinas en San Bernardo 68. Entonces le preguntamos al concejal qué sucedería si en los presupuestos participativos de 2017 el mismo proyecto presentado de nuevo conseguía los votos suficientes. Desde esta plataforma aseguran que la respuesta de Calvo fue: “El pueblo es soberano y respetaré su decisión”.  

El proyecto superó nuevamente la primera fase de votación y en mejor posición que el año anterior. Cuando llegaron las fiestas del dos de mayo el proyecto se promocionó, generando gran interés entre los vecinos, por lo que preveían que, este año sí, superaría la fase final de votación en los Presupuestos Participativos que comienza este 15 de mayo.

La sorpresa fue mayúscula cuando se comunicó a las plataformas que el proyecto quedaba excluido de la votación, dándoles 48 horas para presentar alegaciones. Sin pelos en la lengua, los vecinas han cargado contra Calvo, acusándole de someter los supuestos presupuestos participativos a su voluntad por encima de la popular. “Lo sucedido nos hace dudar de la transparencia y de la voluntad democrática de estos presupuestos”, aseguran.

“¿Qué aporta más al barrio unas oficinas llenas de funcionarios que pueden situarse en cualquier otro lugar de Madrid o un espacio para los y las vecinas?” se preguntan. “El Ayuntamiento de Manuela Carmena está a tiempo de rectificar”.