Nadie confiaba en la victoria de alguna de las caras menos conocidas que se han enfrentado a Albert Rivera, y no se han equivocado. 

Juan Carlos Bermejo y Diego de los Santos, cual David contra Goliat, han tratado de hacerse con las riendas del partido sin el resultado del episodio bíblico. El proceso, sin embargo, ha tenido para muchos más sombras que luces.

Así lo denuncia la Plataforma por las Garantías Ciudadanas, desde la que se llama la atención sobre el hecho de que ni siquiera “sabemos quién ha garantizado el recuento”. Lo que sí tiene claro el colectivo que preside Inmaculada Sánchez Ruiz es que “no ha sido la fábrica de moneda y timbre”.

Organización sospechosa

El partido que exige a las formaciones de la antigua política el desarrollo de primarias para elegir a su candidato, es para este grupo de ex militantes, mal ejemplo. A su juicio, todo el procedimiento, empezando por el orden, es “sospechoso”. Al ser la votación anterior al congreso, se llega a éste “blindado”, denuncian a ELPLURAL.COM, a lo que añaden que “a los candidatos apenas se les han dado 24 horas para poder exponer sus ideas”.

Hay dudas también en lo que respecta a las listas de afiliados, que “no conocemos”, y hay precedentes de “afiliar a gente y luego darla de baja sólo para favorecer a un candidato”.

“Manipulación e imposición” son prácticas habituales en este partido, indican desde la plataforma. Por ello los rivales de Rivera “han esperado hasta el último minuto” para presentar su candidatura, evitando así “contaminaciones”.

Inmaculada Sánchez los considera a ambos “buenas personas, muy honestas y trabajadoras, que no se hunden y siguen apostando porque se mantenga la idea del partido”, y duda sobre cuál será su futuro al recordar que no es la primera vez que “los integrantes de candidaturas alternativas son expulsados después”.

Dictadura con espías

“Todo aquel que piensa diferente en Ciudadanos es expulsado sin derecho a defenderse”, afirma esta ex militante de la formación naranja que ahora lucha por proteger a quienes como ella “creyeron en el proyecto”.  

Es una auténtica dictadura en la que no hay opción a debate”, explica, y "para echarte basta con decir que has actuado en contra del partido”.

El control es tal, aseguran quienes han dejado el partido, que hasta en los grupos de WhatsApp se introducen “topos” para fiscalizar lo que se dice. “Ha habido decenas de expulsiones por lo se ha escrito en Twitter o en el móvil”.

En este sentido, Sánchez recuerda que el propio secretario de Organización, Fran Hervías, se define a sí mismo como “el lobo que acaba con las ovejas negras”.

La mejor manera de entender cómo funciona el partido es, para este grupo de antiguos afiliados “leer el Decálogo de Goebbles”. La formación recuerda “más a una secta que a un partido”, en la que es fácil entrar y difícil salir. “Te expulsan, pero te siguen pasando las cuotas”.

La Plataforma está convencida de que cada vez serán más los casos que salgan a la luz e, incluso, han presentado en la Fiscalía Anticorrupción una “denuncia por financiación ilegal”.

“Ni feos, ni gordos ni viejos”

Dar el perfil parece clave en el partido de Albert Rivera, si nos basamos en las quejas que han llegado hasta este colectivo. Se ha rechazado a una mujer por “no tener 30 años y no ser un 'pibonazo'”, y se le ha dado la espalda a otra, en pleno proceso de lucha contra el cáncer, “invitándola a dejar el acta”. En esta misma línea, en el mes de noviembre se hizo público que Ciudadanos había indemnizado a la ex jefa de prensa de Rivera para evitar un juicio por acoso laboral. “Se quedó embarazada y ya no volvió”, recuerda la presidenta de la plataforma, “hemos intentado contactar con ella, pero guarda silencio”.

Tampoco los mayores parecen ajustarse a la imagen del partido. “Hay personas en los pueblos que se han dejado la piel y han perdido tiempo de estar con sus nietos” y se les ignora “porque son viejos”.

Todo esto “se llama maltrato”, recalca la agrupación, que denuncia casos como el de un hombre que ha sufrido hasta seis infartos por el “acoso” al que se ha visto sometido. “La gente con capacidad se va a la calle, mientras se premia a quien piensa poco, necesita pan y es fiel”.

Traicionados y desilusionados

La presidenta de la Plataforma por las Garantías Ciudadanas, que asegura no haber estado antes en política jamás”, reconoce con amargura que lo más duro de todo es la traición y el desengaño. “Nos gustaban las ideas, nos metimos en el partido y nos dejamos la piel” recuerda.  

Insiste en que no abandonan porque “se sigue maltratando a los afiliados” y considera una pena que se “juegue con la esperanza de la gente”.  Sánchez asegura que desde que se creó el colectivo “hemos visto a muchas personas llorar, porque lo han dado todo, incluso su dinero, pagándose las campañas”. “Hay muchísimos desilusionados que ni siquiera han votado y cada vez hay menos afiliados. Están jugando con el pan, la ilusión y el trabajo de miles de españoles”.

Otros sectores críticos

La Plataforma por las Garantías Ciudadanas no es el único grupo crítico que le ha salido a Ciudadanos. Este mismo mes TranC´sparencia se ha enfrentado en varias ocasiones al oficialismo de Rivera. Sin embargo, los primeros consideran que lo que han hecho es “subirse al carro”, y advierten: “a ellos no les vale quien ha sido expulsado, sólo aquel que  se ha ido”.