Celia Villalobos lo ha vuelto a hacer. Esta vez no ha sido el Candy Crush, pero ha vuelto a desenfundar su tablet para realizar otros quehaceres mientras trabajaba en el Congreso de los Diputadas. Y es que este miércoles, la ministra Dolores Delgado ha comparecido en el Hemiciclo en la sesión de control al Gobierno, monopolizada por la polémica en torno a los audios del excomisario Villarejo. 

Pero esta comparecencia no parecía importarle a un miembro de la bancada popular que no ha dudado en sacar su tablet para adelantar 'trabajo' - u ocio, según se mire -. Ha sido Celia Villalobos. De nuevo la diputada de la formación que lidera Pablo Casado está en el centro de la polémica por algo que ya ocurrió hace tres años. 

Las cámaras de laSexta han captado este momento que también quedará para los anales de la historia de la televisión. Celia Villalobos, mientras Dolores Delgado esgrimía su defensa ante las preguntas de la oposición, se ha dedicado a bucear en la web para comprar ropa. Una tarea urgente que requería su atención y mucho más importante que la actualidad política. 

El episodio del 'Candy Crush'

Ya hace tres años, allá por 2015, Celia Villalobos volvía a estar en el eje de la polémica por un asunto idéntico, prácticamente calcado al actual. Y es que, en febrero de ese año, Mariano Rajoy pronunciaba un discurso en el Congreso de los Diputados en el marco de un debate del estado de la Nación.

Justo en ese momento, la diputada popular hacía caso omiso a lo que su 'jefe' estaba contando. Parecía estar más preocupada del Candy Crush que de las palabras de Mariano Rajoy. Lo más flagrante de este caso es que sustituía a Jesús Posada al frente del Hemiciclo y presidía el debate. 

En su momento, los miembros del PP defendieron a su compañera indicando que era capaz de hacer dos cosas a la vez, mientras la oposición denunciaba lo ocurrido y lo calificaba de falta de respeto. Por su parte, la propia Celia Villalobos, que guardó silencio durante años, le quitaba hierro. Incluso en una entrevista con Cristina Pardo se justificaba de la siguiente manera: "¿Cuántos periodistas están enganchados al Pokémon ese maldito".