El diputado del Partido Popular que con su voto salvó la reforma laboral, Alberto Casero, ha remitido un escrito a la Mesa del Congreso en el que insiste en que falló el sistema informático y le cambió el sentido de su voto. En consecuencia, censura que ha sido vulnerado su derecho fundamental al ejercicio del voto establecido en la Constitución española.

En la carta, a la que ha tenido acceso ElPlural.com, alega que votó telemáticamente “en tiempo y forma”, acorde con el Reglamento del Congreso de los Diputados. No obstante, “al efectuar la votación telemática, que era ‘no’, advertí que el certificado emitido por la Cámara no se correspondía con el sentido del voto que manifestaba, es decir, aparecía como que mi voto había sido ‘sí’”.

Así las cosas, y como “consecuencia de lo que parecía un fallo del sistema”, “intenté ponerme en contacto con la Cámara antes de que se iniciara el inicio de la votación por parte de la presidenta”, para advertir de lo ocurrido. “El sistema no expresaba mi voluntad”, remacha.

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Casero asegura que la Mesa no le respondió y se dirigió entonces al Grupo Popular para que lo pusiera en conocimiento de la Presidencia del Congreso. Fue entonces cuanto los representantes del PP en la Mesa solicitaron a Batet una reunión urgente, pero esta “se negó” y “decidió unilateralmente”.

“Ante esta situación”, continúa Casero, “me dirigí personalmente a la Cámara con la intención de ejercer presencialmente mi derecho al voto, lo cual fue impedido”.

Sin pruebas, pero con muchas acusaciones

La portavoz parlamentaria del Grupo Popular, Cuca Gamarra, compareció en rueda de prensa pasadas las 19:30 horas para denunciar que el voto afirmativo de Casero no fue un error humano, sino informático. “Ha votado telemáticamente ‘no’ a la reforma laboral, pero el certificado ha emitido un comprobante que contemplaba un voto diferente”. El PP no aportó prueba alguna y se limitó a esgrimir que “es la palabra de un diputado”. Comenzaron, entonces, a agitar el fantasma del pucherazo: “Ha habido una anomalía, el sentido del voto no era el que constaba en el certificado. Los miembros de la  Mesa eran conscientes de que había una anomalía y han decidido continuar adelante con la votación. El diputado se ha personado y se le ha impedido la entrada al hemiciclo. No es baladí la trascendencia justo en esta votación de este error informático”.

Vox se apuntó a la teoría trumpista de ínfimo recorrido. Fuentes de la Presidencia del Congreso garantizan que no pudo haber ningún error informático porque el sistema es absolutamente fiable y los servicios informáticos comprobaron que Alberto Casero había votado ‘sí’ y así quedo registrado y reflejado..

El Partido Popular distribuyó entre la prensa -y varios de sus dirigentes hicieron lo propio a través de sus cuentas de Twitter- un extracto del Reglamento del Congreso de los Diputados en el que figura que tras emitir un voto telemático el Congreso verifica vía telefónica con el parlamentario en cuestión. Se trata, sin embargo, de un documento desactualizado. La pandemia de Covid obligó a la Cámara a modernizarse en ese sentido y las votaciones ahora son mucho más simples, rápidas y eficaces. Ya no hay comprobación telefónica (¿se imaginan que el Congreso tuviera que identificar a los 350 diputados en el momento de la votación durante lo que duró la pandemia?), sino que el sistema funciona con un doble clic, tal y como estableció la Mesa en resoluciones de marzo de 2020 y octubre del 2021. Primero se vota, y luego, el sistema te pregunta si lo marcado es correcto. Tras esto, se genera el comprobante. Es decir, que Casero se equivocó en dos ocasiones.

De hecho, según el registro de votaciones oficial subido a la web del Congreso, hubo 14 votos telemáticos. La relativa a la reforma laboral constaba de dos partes, en la primera, se votaba su aprobación o no, y en la segunda, su tramitación como Proposición de Ley. El PP votó en contra de lo primero y a favor de lo segundo. De los 14 votos telemáticos, en la primera votación, hubo nueve síes y cinco noes; y en la segunda, el resultado fue a la inversa. Cabe preguntarse, por tanto, si Casero fue víctima de un error informático en dos ocasiones, ya que erró en ambas marcando primero ‘sí’ y luego ‘no’; o se trató de una confusión humana.

Además, Casero se desmarcó de su partido en otra votación, esta vez, sobre una moción de su grupo acerca de la "observancia constitucional del programa legislativo" del Gobierno. El PP pidió votación separada de sus cinco puntos y en el primero Casero volvió a acompañar al PSOE al decir "no" cuando tendría que haber dicho “sí”.

¿Fue víctima el diputado del PP de hasta tres errores informáticos? Cabe destacar que a lo largo del jueves se produjeron numerosas votaciones: proposiciones de ley, dictámenes sobre comisiones legislativas, sobre comisiones de investigación, interpelaciones urgentes… Y cada una con varios puntos que se votaron de forma independiente. En total fueron 17 veces las que sus señorías tuvieron que pulsar el botón. Habida cuenta de que 14 diputados lo hicieron telemáticamente, el sistema debió funcionar en 238 ocasiones. Ningún otro partido aquejó error alguno. ¿Solo le falló a él y, no en una, sino en hasta tres ocasiones?

Un falló informático, además, no permite manipular una votación. Se puede caer el sistema, apagarse, que no te permita votar o que no responda el programa. Pero una modificación en el sentido de voto no es un error informático, sino directamente una manipulación en la ley más importante de la legislatura, según palabras de Yolanda Díaz. ¿Está acusando el PP a los servicios del Congreso de haber manipulado un voto?