Pablo Casado tiene un problema con su estrategia: las contradicciones del PP son inasumibles. El líder de la formación popular ha cambiado de opinión varias veces con respecto a sus propuestas para la pandemia de coronavirus, más concretamente en lo referido a confinamiento domiciliario y restricciones severas. No es malo modificar la postura, pues el Covid llegó sin manual de instrucciones; lo que resulta llamativo es que todo lo propuesto tiene un mismo denominador común: es siempre lo contrario a lo que plantea el Gobierno de Pedro Sánchez. Siempre confronta, pero ahora Casado se enfrenta a una compleja disyuntiva: ¿Qué hacer cuando los barones de tu propio partido barajan medidas contrapuestas?

El PP está dividido en dos facciones perfectamente identificadas. Por un lado se encuentran los presidentes autonómicos de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla; de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; y de la Región de Murcia, Fernando López Miras. Estos tres solicitan al Ejecutivo central que disponga las herramientas jurídicas necesarias en el estado de alarma para que puedan contemplar un confinamiento domiciliario.

Murcia insiste en que “es una opción necesaria” y Andalucía, en la misma tónica, que “el Gobierno lo debería ir pensando”. Y es que, los datos no son nada halagüeños y la tercera ola esta arrasando, amenazando con colapsar los hospitales.

Por otra parte, el ojito derecho de Casado. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso ha descartado confinamientos severos porque considera que son una ruina económica y no son la solución para atajar la propagación de casos. Eso sí, aboga por que cada presidente autonómico tenga la potestad de decidir. Al menos eso es lo que defiende en cuanto al toque de queda. El Gobierno de Ayuso apoyó en el Consejo Interterritorial del pasado miércoles que las regiones que lo deseen pudieran adelantar el toque de queda a las 20:00 horas, aunque “a día de hoy” Madrid conservará el de las 23:00 horas.

Esta opción, la de elegir, también es la puesta del gallego Alberto Núñez Feijóo, quien descartó un confinamiento en Galicia pero “si un presidente autonómico está pidiendo un confinamiento será porque lo necesita”.

Casado no se moja

Y ante este enfrentamiento de poses, ¿qué dice Casado? La respuesta es nada. El líder del PP no se moja y se limita a criticar a Sánchez: ”De nada sirve enfrentar comunidades autónomas para aplicar restricciones horarias. El Gobierno es como el perro del hortelano: ni gobierna ni deja gobernar. Ni consigue frenar el virus ni deja que otros tomen medidas para intentar frenarlo”, espetó en una conferencia en el Círculo Económico de Catalunya el pasado lunes.

En un alarde de contorsionismo, Casado no se decanta por ninguna de las propuestas de sus barones territoriales.

Conviene recordar que Pablo Casado se opuso al confinamiento domiciliario y al estado de alarma. "Hasta los 40.000 fallecidos el PP votó a favor, tres veces, de la prórroga del estado de alarma. Y en la cuarta nos abstuvimos diciendo: nos abstenemos sabiendo que sale seguro, y tiene 15 días para hacer una modificación legal de dos artículos. No hizo caso”, justificó.

Todos y cada uno de los dirigentes de la formación, incluido Casado, aprovechan cada minuto en televisión para instar al Gobierno a articular un plan nacional cuando ni siquiera ellos son capaces de consensuar una postura.

Este jueves 21 de enero, Casado tendrá una nueva oportunidad para mojarse en una entrevista en Al Rojo Vivo en la que, a buen seguro, Antonio García Ferreras le preguntará por la cintura y flexibilidad del argumentario nacional del PP. Al menos, eso sí, acude a la cita con la dimisión del consejero de Sanidad de Murcia sobre la mesa. Una muesca más en la el revólver.