El diputado de EH Bildu en el Congreso, Oskar Matute, ha exigido al Gobierno que se pongan en contacto con su grupo para negociar cambios en la reforma laboral, que inicia ahora el trámite de negociaciones parlamentarias para su convalidación en la Cámara Baja, y les ha recordado que necesitan los votos del independentismo para que esta salga adelante.

En una entrevista a Radio Euskadi, recogida por Europa Press, Matute ha dicho que, en este momento, "se está hablando de la reforma laboral", pero que les gustaría "poder hablar con el Gobierno de la reforma laboral", porque, tras el encuentro del pasado 30 de diciembre en el que desde el Ministerio de Trabajo les "vendieron las bondades" del acuerdo sobre la reforma laboral, EH Bildu está esperando a que contacten con ellos para poder "abordar en serio una negociación y un intercambio real de opiniones".

Según ha dicho, lo que no quieren es que "simplemente" les "junten para cumplir con el expediente, pero vengan a decir desde el inicio de la reunión que esto es como un plato lentejas, que lo tomas o lo dejas", porque "no se le tiene que olvidar ni al PSOE ni a Unidas Podemos que su gobierno tiene 155 votos y necesita 176 para tener mayoría absoluta, y que en esos 176 el concurso del soberanismo y del independentismo de izquierdas es fundamental".

Tras apuntar como elementos centrales a incorporar en la reforma laboral la "desestatalización" de los convenios, la recuperación de las indemnizaciones por despido anteriores a las reformas de 2010 y 2012 y la pertinente autorización administrativa de los ERE", Matute ha dicho que, en caso de que el Gobierno pacte la aprobación de la reforma laboral con la derecha, a Pedro Sánchez le debería preocupar más "la perdida de confianza que eso supondría en todo el electorado de izquierdas que les aupó al Gobierno", que en lo que le "pueda parecer a EH Bildu".

En ese sentido, ha considerado que el Gobierno de Sánchez puede optar por "una salida fácil, que es buscar un acuerdo tácito o expreso de la reforma laboral con la derecha", pero que, en ese caso, probablemente todas las personas que en el Estado español, "desde una óptica de izquierdas apostaron por una mayoría de izquierdas porque entendían que esa sí iba a restituir los derechos que les han sido arrebatados durante décadas, se verán defraudadas y, si se ven defraudadas, probablemente sus posibilidad de éxito en futuras contiendas electorales serán muy reducidas".

Tras afirmar que la reforma laboral es "una oportunidad historia", ha advertido que el Gobierno "más progresista de la historia no va a tener cheques en blanco de manera continua", porque la gente que vota a la izquierda tiene un "alto nivel de exigencia" sobre el voto que deposita que tiene ver con que se cumplan las promesas que se hacen".

Ha asegurado que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, es "consciente" de que hay muchos aspectos en esa reforma que ha conseguido sacar adelante con la CEOE "que se quedan cojos" y, en este sentido, ha recalcado que "hay mucha materia en la que trabajar".

Sobre las futuras leyes a aprobar en el Congreso, Matute ha dicho que la de la reforma laboral es "la prueba de algodón" para medir cuál es la intensidad de este Gobierno para llevar a efecto cambios. "En este contexto histórico, con esta mayoría, es posible llevar a cabo una agenda transformadora que permita ampliar derechos, libertades y dibujar un escenario de futuro para la gente que tiene más que ver con los ideales de la justicia, la libertad, la igualdad y la solidaridad que con los que emanan de la unidad de mercado universal que parece que ahora se impone", ha asegurado.

Por otro lado, ha recordado que hasta noviembre de 2023 no hay elecciones para el Congreso, por lo que "mientras esas elecciones no se den, la mayoría y la aritmética que sostiene al Gobierno es una mayoría de izquierdas". "Y por tanto, es con esa mayoría de izquierdas, con quien llaman el bloque de investidura, con quien debe intentar acordar las cuestiones básicas el Gobierno", ha añadido.

No obstante, ha advertido que los votos de EH Bildu "están ahí para fortalecer políticas que profundicen en derechos, en igualdad y solidaridad", pero "no para llevar a cabo una agenda que cuente con el beneplácito del orden neoliberal".