El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi. EFE/Archivo

 

 


El ex primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, no pierde el tiempo y 48 horas después de anunciar su regreso a la política y forzar la dimisión de Mario Monti, ha irrumpido ya en campaña electoral con un discurso opuesto a la actual 'ortodoxia' europea y prácticamente anti sistema. Berlusconi sabe que con ese discurso gana votos, pero además anuncia que está pensando en cambiar de nuevo el nombre de su partido y sustituir el Pueblo de la Libertad por el antiguo nombre de su formación, Forza Italia.

La prima de riesgo, "una estafa"
Así de claro, Silvio Berlusconi afirmó en una entrevista telefónica concedida al “Canale Cinque” que la prima de riesgo -el baremo utilizado para medir la diferencia entre lo que cuesta financiarse a los países de la UE respecto a Alemania- "es una estafa" que además "no importa a nadie". Y fue más lejos al asegurar que la prima de riesgo "solo se ha usado para intentar derrotar a la mayoría votada por los italianos", en referencia a la presión que se ejerció sobre la economía italiana para forzar la dimisión de Bersluconi y el nombramiento de Mario Monti como primer ministro sin que hubiera elecciones generales de por medio.

Las peticiones alemanas "han arrastrado a Grecia casi a la guerra civil"
El empresario italiano ha apuntado sus dardos hacia Alemania, país al que responsabiliza del actual hundimiento de los países del Sur por interés, de esta forma explicó que en los Consejos europeos se oponía "a las peticiones alemanas como las que han arrastrado a Grecia casi a la guerra civil". Además criticó la política de Monti porque ha seguido "la política germano-céntrica que Europa ha intentado imponer a Italia y al resto de Estados", que en su opinión ha hecho que el gobierno de tecnócratas que le sucedió haya hundido aún más a Italia en la crisis porque todos los indicadores han empeorado.

Europa no teme su vuelta al poder
Silvio Berlusconi ha acreditado tener un ego inmenso y de ahí que al ser preguntado si creía que el resto de líderes europeos teme su vuelta, respondió que "ni en sueños" porque "cuando yo representaba a Italia en Europa era entre los dos o tres jefes de Gobierno más acreditados, el único que llegaba desde la trinchera del trabajo".