En los próximos días el Gobierno afrontará la madre de todas las negociaciones: los Presupuestos Generales del Estado 2023. PSOE y Unidas Podemos tenían previsto ultimar flecos la pasada semana para, esta, abrir las conversaciones al resto de socios parlamentarios, a los que ya han comenzado a sondear. Sin embargo, el diseño del proyecto no está terminado. Los morados denuncian que los PGE permanecen “bloqueados”, generando un cariz en la coalición marcado por la inquietud y la molestia. Los morados no entienden por qué los socialistas no avanzan, mientras estos, se sacuden las acusaciones reduciendo las discrepancias al habitual tira y afloja de cualquier negociación. En paralelo, la guerra fiscal provocada por la competición entre Juanma Moreno Bonilla e Isabel Díaz Ayuso por ver quien atrae más fortunas por la supresión del impuesto de Patrimonio ha desembocado en una suerte de mini reforma fiscal. Un paquete de medidas con el que el PSOE ha acercado posturas con Unidas Podemos y ha generado un clima favorable en el Congreso, engrasando la relación con unos aliados que han celebrado la sintonía de las iniciativas.

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) reconoce que el plan fiscal “suena bien” porque “es algo que hemos pedido por activa y por pasiva”; aunque aguardan cautelosos los detalles: “Cuando dejen de celebrarlo, que nos lo pasen y veremos los detalles”, ha razonado Gabriel Rufián, diputado y portavoz del Grupo Republicano en el Congreso.

Por su parte, fuentes de EH Bildu consideran que “son insuficientes y más acotadas en su aplicación”, pero “van en la buena dirección” ya que “incorporan el principio de que quien más tiene, más tiene que aportar”. Al igual que Esquerra, esperan conocer los detalles y las propuestas, así como su forma de tramitación, para valorar el plan en su conjunto. Por lo pronto, celebran el impuesto a las grandes fortunas aún cuando entienden que el umbral de los tres millones es demasiado alto y, según su criterio, habría de rebajarse.

ERC y Bildu creen que el plan fiscal es insuficiente, pero "va en la buena dirección"

“Estas medidas son un paso adelante en el objetivo de que el peso de esta crisis recaiga sobre los ricos, las élites económicas, las grandes empresas, las energéticas y los bancos, para que a diferencia de lo ocurrido en la crisis de 2008, esta vez no sea la ciudadanía ni las clases populares quienes paguen las consecuencias de esta crisis”, añaden las fuentes consultadas de la izquierda abertzale.

Asimismo, no ocultan su satisfacción “por haber tomado en cuenta una de las reivindicaciones históricas del movimiento feminista para aliviar la carga económica que suponen para muchas mujeres los productos de higiene menstrual”.

Engrasando la coalición a base de melladas

Socialistas y morados han protagonizado más de un choque a lo largo de esta semana después de que Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, manifestara públicamente su descontento por el encallamiento de los Presupuestos. Le siguieron Pablo Echenique, Ione Belarra y toda la cúpula morada. El intercambio de golpes a modo de ruedas de prensa el pasado martes atestiguaba que la negociación por las cuentas llega a su punto de ebullición. Ninguno de los dos partidos cree que existe riesgo real de que no se logre un acuerdo, pero el ambiente se ha recrudecido. Hasta este jueves.

Los socios de la coalición rubricaron un importante paquete fiscal que incluye desde un impuesto de Solidaridad a las grandes fortunas, hasta a beneficios para las rentas más bajas y la reducción del IVA a los productos de higiene femenina, preservativos y anticonceptivos. La conjura duró lo que tardó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en concluir su comparecencia. Nada más acabar, los dirigentes morados desfilaban en Twitter para presumir de que fueron ellos los que presionaron para esbozar un paquete fiscal más ambicioso.

Díaz escribió en su perfil oficial de Twitter que “después de muchos esfuerzos” se ha suscrito un acuerdo que propiciará “un país más justo y solidario”. También se incrementa "la progresividad del IRPF en una doble dirección". De esta forma, tributarán más las rentas del capital mayores de 200.000 y 300.000 euros. "Tiene que pagar más quien más tiene", defendió Díaz. La otra dirección en la progresividad del IRPF es "reducir el peso de las rentas del trabajo", de forma que las rentas a partir de 15.000 euros (1.000 euros más que ahora) estarán exentas del pago del IRPF. "Beneficiará al 50% de los contribuyentes, especialmente a los que menos cobran, porque hasta los 15.000€ no pagará nada vinculado a las rentas del trabajo", añadió.

PNV: “Esto no es gobernar. Aquí cada uno hace propuestas según se le ocurren de cara a las elecciones”

El Gobierno ha completado las medidas fiscales con una rebaja del 10% al 4% para los productos de higiene femenina, que "son productos esenciales y no lujos". También se bajará el IVA de los preservativos y los anticonceptivos no medicinales.

En la misma línea que Díaz se movió Ione Belarra, secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030. “Esta reforma fiscal, mucho más ambiciosa de lo que inicialmente estaba previsto por la parte socialista del Gobierno, es la mejor noticia para tener servicios públicos mejor financiados. Lo público es lo que nos hace iguales en derechos y, por tanto, verdaderamente libres”, celebró, comprometiéndose a profundizar mucho más.

Belarra aseguró que los morados presionarán para acometer una reforma fiscal “estructural” que “equilibre definitivamente la balanza fiscal para que los ricos paguen lo que les corresponde". Por su parte, Pablo Echenique, portavoz parlamentario, también aplaudió que su partido ha conseguido "meter una buena parte de su programa de fiscalidad en el BOE".

La cara amarga

El punto discordante lo ha puesto el PNV. Su diputado y portavoz parlamentario, Aitor Esteban, tildó de “desoladora” la propuesta, alegando que no Moncloa no está actuando “seriamente”. “Esto no es gobernar”, censuró, lamentando que “aquí cada uno hace propuestas según se le ocurren de cara a las elecciones”. El dirigente jeltzale criticó, además, la forma en la que Moncloa ha abordado el debate fiscal, pues el plan se urdió con celeridad: “Si hay unas medidas que hay que estudiarlas con detenimiento y hacer modificaciones en conjunto porque todas influyen a la hora del equilibrio presupuestario y el fiscal, son precisamente las modificaciones de impuestos”.

Por último, insistió en que existe un compromiso del Gobierno con el PNV habida cuenta del Concierto Económico con Euskadi por el cual se comprometen a consultarles todas las medidas fiscales para evaluar cómo pueden afectar al País Vasco. "No lo han vuelto a hacer, con lo cual ya veremos cuál es nuestra posición en cuanto a las medidas concretas, pero nos parece que no se está actuando seriamente ni por parte del Gobierno ni por parte de la oposición”, zanjó Esteban.