Siete años de investigación y 12 volúmenes de informe certifican que los españoles estuvieron en lo cierto al manifestarse masivamente en contra de la guerra de Irak y la postura del por entonces presidente del Gobierno, José María Aznar.

Es más, en el informe Chilcot, fruto de una exhaustiva investigación sobre la participación de Reino Unido en la guerra de Irak, revela cómo el expresidente del PP pactó una estrategia con su homólogo inglés, Tony Blair, para mostrar la opinión pública que intentaban evitar la guerra, aunque en realidad era todo lo contrario.

Sólo un mes antes

El presidente español y el primer ministro inglés acordaron este plan de comunicación en una reunión en Madrid menos de un mes antes de la invasión del país asiático y en plena ola de manifestaciones multitudinarias contra la guerra de Irak.

Según recoge el informe Chilcot, Blair y Aznar estaban muy preocupados por la dificultad que les creaba “la impresión de que Estados Unidos” estaba “determinado a ir a la guerra pasase lo que pasase”.

Pero ante este “exceso de confianza” del presidente americano, Blair y Aznar no intentaron evitar la guerra, sólo maquillarla de legalidad pidiendo, por ejemplo, una segunda resolución al Consejo de Seguridad de la ONU, la cual nunca llegó a prosperar.

La Cumbre de la pantomima

La famosa Cumbre de las Azores, con los tres presidentes del Gobierno presentes, también fue otra pantomima. En una de las entrevistas realizadas al premiere británico en el informe Chilcot, Tony Blair asegura que “Bush se vio parcialmente obligado” a celebrar aquella reunión “para reforzar a España y Portugal que apoyaban la invasión, pero cuyos primeros ministros estaban bajo una enorme presión de una opinión pública y parlamentaria hostil”.

Manifestante caracterizados como el ex primer ministro británico Tony Blair, y el expresidente estadounidense George W. Bush, participan en una protesta en Londres, Reino Unido - EFE

Hasta el 90% en contra

Se debe recordar que, de entre los países que apoyaron la invasión de Irak, España fue el que más contestación pública tuvo. A la vez que Blair y Aznar negociaban, cientos de miles de personas se manifestaban en las principales ciudades en contra de la guerra.

El rechazo a la intervención en Irak llegó hasta tal punto que los sondeos mostraron que cerca del 90% de la población estaba en contra. Mientras que Aznar hacía oídos sordos.

Sigue sin pedir perdón

Pese a las graves repercusiones que la guerra de Irak ha tenido en el mundo, y especialmente en la zona según recoge también el informe, el expresidente del Gobierno español no ha tenido nunca una palabra de disculpa, como sí han hecho sus ‘aliados’ George W. Bush y Tony Blair.

Es más, Aznar siempre ha defendido que España “salió ganando” en términos de influencia y apoyo internacional y que, en cualquier caso, “no participó en una guerra”, una tesis que también respaldó Esperanza Aguirre. De momento, Aznar no ha valorado el informe Chilcot.

El que sí lo ha hecho ha sido el expresidente americano George W. Bush, el cual afirmando en un comunicado que no se ha leído el informe y que, “pese a los fallos de inteligencia y otros errores que él ha reconocido anteriormente, sigue creyendo que el mundo entero está mejor sin Sadam Hussein en el poder”.