Esperanza Aguirre, candidata del PP a la alcaldía de Madrid, comparece para valorar los resultados electorales. EFE



Ni rastro, ni un tuet, ni una declaración, ni una nota de prensa del PP de Madrid, la hasta ahora máquina de hacer titulares Esperanza Aguirre lleva desde el pasado lunes sin dar ‘señales de vida’ cuando publicó un nuevo artículo en el ABC donde se reivindicaba como la más votada en la capital española y de paso insultó a Carmena comparando la estrategia de Ahora Madrid con la de Goebbels.

Tras la intensa semana postelectoral, la presidenta del PP madrileño ha optado por el silencio. Ni siquiera ha hablado en Twitter desde el pasado lunes, día en el que invitó a sus seguidores a leer su colaboración con ABC.

 

Un silencio ruidoso
El silencio mediático de Esperanza es más un grito ahogado ya que, aunque ella no habla, muchas informaciones sí que se refieren a ella para incluso enterrar su carrera política, aunque con su historial podría hacer como el Guadiana y aparecer cuando menos se la espere.

Varios medios abogan por que el Partido Popular relegue a la ‘lideresa’ ante los necesarios pactos post electorales y la cercanía de las generales. El País en su editorial pide que el PP apueste por “Cristina Cifuentes antes que por Esperanza Aguirre, cabeza de un PP madrileño plagado de imputados”. El Mundo también se refiere sin nombrarla a Aguirre al recoger la petición que Rivera hace a Cifuentes para “que demuestre un compromiso inequívoco con la limpieza del partido en Madrid. El problema es que ella no puede dar esas garantías porque ni ha hecho las listas ni controla el aparato del PP madrileño”.

El diario marianista por excelencia, La Razón, subraya que en Génova "ya se mira en otras direcciones". Y sentencia: "El mando férreo de la presidenta está pasando a la historia".

Aguirre también es protagonista en la revista satírica Mongolia, que la lleva a portada para pasarla por la trituradora. Recoge con sorna: “¿Quién se iba a imaginar que la Lideresa acabase derrotada por una candidata que solo llevaba un mes en política? ¡Te jodes! ¿Quién podría pensar que se iba a arrastrar para conseguir un pacto con cualquier partido? ¡Te jodes! ¿Quién pensaría que en estas elecciones se iba a acabar su carrera política? ¡Te jodes!

Dicho todo esto es también necesario recordar un viejo refrán: no hay animal más peligroso que el animal herido, y si es animal político mucho peor.