Aunque con una mirada a largo plazo está claro que sin una población sana no es posible tener una economía sana, a corto plazo esta cuestión se ha convertido en todo un dilema para muchos políticos, que prefieren priorizar la actividad económica a las medidas de protección. Entre estos gobernantes podemos encontrar a los que directamente desprecian la pandemia, al estilo Trump o Bolsonaro, y a los que han defendido los contagios con vistas a alcanzar un nivel de inmunidad en la población que actúe de cortafuegos, una estrategia fracasada de la que se arrepienten en Suecia o Reino Unido.

Cinco meses tras el inicio de la pandemia, el alcalde de Granada ha optado por minimizar la preocupación por los rebrotes que allí se están produciendo precisamente con el argumento de la inmunidad de rebaño. Luís Salvador, de Ciudadanos, ha mostrado su preocupación por las "alarmistas" noticias sobre la epidemia en su comarca que ahuyentan a los turistas, principal fuente de ingresos de la ciudad andaluza. 

El regidor ha insistido en Granada como "destino seguro" ya que "no está peor que nadie" y, en contra de lo que indican los "mensajes tremendistas" y la "rumorología", los brotes "están controlados", exceptuando el de Belicena, que ha calificado de "llamativo" por tener su origen en un velatorio.  

"No hay mal que por bien no venga"

Salvador apoya el rastreo para para encontrar la "trazabilidad del virus lo más pronto posible", pero asegura que "también somos conscientes de que si queremos tener una inmunidad de rebaño lo más pronto posible, no hay mal que por bien no venga".

En cualquier caso, el regidor ha indicado que se trata de personas "que en este momento están cogiendo anticuerpos y se están inmunizando de cara al virus, aumentando ese porcentaje de granadinos y de españoles que es tan importante para llegar al nivel de inmunidad de rebaño que ejerza de cortafuegos para que toda la sociedad en este sentido se encuentre mucho más segura".

Hay que recordar que las provincias de Málaga y Granada se adelantaron en la desescalada para igualar la fase del resto de provincias andaluzas. Por otra parte, cabe mencionar el 6,1% de inmunidad de la población sueca, según su estudio de seroprevalencia, tras el fracaso de su estrategia para alcanzar la inmunidad de grupo y que ahora provoca el rechazo de sus vecinos noruegos, fineses y daneses