Albert Rivera ha vuelto a esquivar cualquier calificación sobre el partido de ultraderecha Vox. En el transcurso de su entrevista en TVE, el líder de Ciudadanos recibió una pregunta muy concreta de Carlos Franganillo: "¿Es Vox un partido constitucionalista?". Y Rivera pidió que esa pregunta se la hicieran a ellos para, acto seguido, asegurar: "Pero Sánchez desde luego no lo es". Una finta que le permitió durante casi dos minutos dar un discurso plagado de críticas al PSOE y a Pedro Sánchez pero ni una sola mención a la extrema derecha.

Rivera fue, con permiso de Zinedine Zidane, la noticia de la noche del lunes. El líder de Ciudadanos desfiló por los platós de TVE, que continúa con sus entrevistas a los candidatos de los respectivos partidos parlamentarios. En esta charla con Carlos Franganillo, el dirigente naranja dejó alguna que otra perla digna del que piensa en futuribles.

Así las cosas, sabedor de que su posición en las encuestas ha decaído respecto a los últimos meses, Rivera no ha descartado aceptar los votos de Vox en el remoto caso de que lidere el bloque de la derecha. Además, sacó pecho por el pacto entre PP, Ciudadanos y Vox como “un ejemplo”.

Asimismo, Rivera sostenía que la política “no se puede simplificar” al “estoy contigo o contra ti”. “Con Podemos y PSOE puedo defender la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y con el PP cosas económicas”, apuntala. Pero en cuanto le han preguntado por posibles negociaciones con Sánchez, la cosa cambia.

Pesadilla en Moncloa

Preguntado por si Vox es una formación constitucionalista, Rivera sale por peteneras y evita etiquetar a los que posiblemente sean sus socios para atacar, de nuevo, a Pedro Sánchez. “Hay que preguntárselo a ellos, pero Sánchez desde luego no lo es”, concluía.

Una prueba más de la obsesión que el dirigente naranja ha desarrollado hacia su homólogo socialista y con el que, años ha, buscara un pacto de Gobierno que no fructificó.  

Además, añade que el líder de Ciudadanos no puede "considerar como aliado" a Sánchez después se sentarse con el presidente de la Generalitat catalana, Quim Torra, a "negociar los 21 puntos de la vergüenza". "Hay un antes y un después. Después del 23-F, lo más grave de la democracia española fue la DUI", ha asegurado.

En este sentido, Rivera ha lamentado que el PSOE de Sánchez "insulte a las víctimas y pasee con Torra por Moncloa". A su juicio, "no es normal que haya un señor al frente del PSOE que haya perdido los escrúpulos".