Este miércoles arranca la Sesión de Investidura en la Asamblea de Murcia. Después de una convocatoria fallida, Ciudadanos y el PP han aceptado las exigencias de Vox y el ‘sí’ definitivo a Fernando López Miras parece más próximo.

La votación tendrá lugar el próximo viernes, desbloqueando la situación en un parlamento que previsiblemente será, una vez más -y ya van 24 años seguidos-, gobernado por un Partido Popular que ha convertido esta región en un auténtico feudo de sus intereses particulares.

Para ello, la formación naranja ha tenido que modificar su hoja de ruta y rendirse ante la realidad parlamentaria que azota a la derecha: Vox es necesario. Sin embargo, la estrategia escogida por Albert Rivera depende mucho de los tiempos. Sabedor de que son muchos los votantes que repelen esta deriva ultra que evidencia el abandono del centro político, además de la condena expresa de miembros de su propio partido, tratar de tejer un marco argumental con el que salir airoso de la diatriba que se le plantea es necesario.

La cúpula del partido ha condenado durante toda esta semana que Pedro Sánchez esté haciendo un mero “teatro” con la conformación del Gobierno nacional, entendiendo que los números son favorables a los intereses socialistas siempre que las conversaciones con Unidas Podemos se desbloqueen y las particularidades de sendos partidos deriven en un proyecto común.

Cualquier observador diría que Rivera, pese al afán por el ataque continuo mostrado durante la Sesión de Investidura, observaría con buenos ojos que sus homólogos socialistas desbloquearan la situación. Y, según apuntan las últimas informaciones conocidas, este argumento no se aleja de la realidad. Si Pedro Sánchez es elegido presidente del Gobierno, tanto López Miras en Murcia como Díaz Ayuso en Madrid lo tendrán mucho más fácil.

El motivo es sencillo. Si finalmente las peticiones de Unidas Podemos no encuentran una respuesta beneficiaria y España se ve abocada a una repetición de elecciones el próximo 10 de noviembre, el líder naranja sabe que tendría que enfrentarse al espejo a lo largo de la campaña electoral. Si pacta con la extrema derecha, una vez más -Presupuestos en Murcia, programa en Palencia, Mesa de la Asamblea en Madrid-, aquello de “el Partido Popular es nuestro socio preferente y no pactaremos con Vox” será inservible.

Albert Rivera no quiere modular su estrategia electoral, por lo que sigue a la espera de que Pedro Sánchez revalide mandato para afrontar la realidad parlamentaria y reunirse con Vox, tal y como ha pedido públicamente Isabel Díaz Ayuso, a fin de desbloquear la situación y que la Legislatura regional eche a andar.

La líder popular en Madrid pidió públicamente el pasado lunes una nueva ronda de contactos para que se celebre, cuanto antes, una Sesión de Investidura con ella de candidata: "Vamos a pedirle que haya un pleno con candidato. Queremos que la semana que viene lo haya y esta terminar de acordar cualquier diferencia que hubiera, que creo que no la hay porque, de hecho, el texto que se ha aprobado en Murcia es primo hermano del que ya teníamos nosotros". Sin embargo, Ciudadanos renegó de su “socia preferente” alegando que, si nada había cambiado, no se podía entender esta premura.

Murcia parece cercana. Madrid sigue a la espera y, sorprendentemente, Rivera mira a Sánchez para dar el paso definitivo.