Durante uno de los actos de ese día, los sindicatos, a través de sus secretarios de Política Institucional, intentaron entregarle una carta que ella se negó a recibir. Los sindicatos entonces la entregaron en el registro de la Comunidad. En su carta, UGT y CC.OO. repudiaban los "insultos y difamaciones" que les dedicaba Aguirre, a la que recordaban que es "Presidenta de todos los madrileños", que dejara de "estar obsesionada en descalificar permanentemente a los sindicatos apoyándose en mentiras y datos falsos" y que respondiera a "las denuncias de la Agencia Tributaria que detallan la presunta financiación ilegal del Partido Popular".

Retractarse de los 'graves insultos'
Acababan los sindicatos recordando a la Presidenta que "sufre un grave olvido" de los preceptos constitucionales que recogen "las libertades de manifestación, de huelga, de libertad sindical...", le comunicaban que iban a seguir ejerciendo esos derechos, y "manifestándonos contra lo que no estamos de acuerdo" y le exigían que "se retracte de los graves insultos proferidos contra ambas organizaciones porque (...) ofenden a sus dirigentes y a los cientos de miles de personas afiliadas".

Ahora se ha hecho pública la carta con la que, casi dos meses después, Aguirre les responde. Una misiva corta en la que Aguirre comienza diciendo "he recibido su carta en la que me acusan de insultar y difamar a los sindicatos y de negarles derechos fundamentales como los de manifestación y libertad de expresión", para pasar a negar estas acusaciones y como prueba escribir que esos derechos los "han ejercido y siguen ejerciendo, regularmente bajo mi ventana. Por eso no comprendo su continuo victimismo, como si alguien se lo impidiese".

Piqueteros que se movilizan por sus privilegios
Aguirre da la vuelta en la carta a los argumentos de los sindicatos y, en su estilo, pasa al ataque, "yo también tengo perfecto derecho a expresarme libremente" -escribe-, antes de añadir que "esta libertad de expresión del otro es con la que ustedes parecen tener un problema".

Y concluye con un párrafo que reproducimos íntegro, por lo fielmente que refleja lenguaje e ideario de Esperanza Aguirre: "Porque sus exageraciones no son inocentes. Cuando ustedes elevan mis opiniones a la categoría de insulto y difamación lo hacen porque pretenden cercenar mi libertad de expresión. Y, como ustedes entenderán, entre las primeras obligaciones de una representante del pueblo madrileño está la de no dejarse coaccionar por la mentalidad piquetera de unos poderes fácticos que se movilizan para mantener sus privilegios".

Aguirre acaba su misiva mandando a los sindicatos utilizando la fórmula "Un abrazo".