Pablo Casado se encuentra en Berlín en el marco de un encuentro de líderes del PP europeo entre los que se encuentra la canciller alemana Angela Merkel, que se despide de la política activa y, por ende, de este tipo de encuentros.

Y es que tras la celebración de las elecciones al Bundestag del próximo 26 de septiembre, la canciller abandonará el Gobierno tras 16 años en el cargo. El fin de la era supone el adiós de la canciller, que se ha convertido en el principal referente político de los democristianos en Europa.

Por ello, su marcha deja un enorme vacío que Pablo Casado no quiere desaprovechar. Las encuestas electorales, favorables al PP, hacen que Casado piense en el futuro como el PP como primera fuerza política en España, lo que supone ganar peso en el PP europeo.

Tras la marcha de Merkel será necesario un reajuste cargos en las instituciones comunitarias, en las que Casado pretende colocar grandes nombres a nivel comunitario.

Dado que el líder del PPE en el Parlamento Europeo, Manfred Weber, ha renunciado liderar en 2022 y 2023 la Eurocámara, Casado pretende colocar a Esteban González Pons, número dos del PPE, exsenador del PP y exmiembro de la ejecutiva de Mariano Rajoy, a hacerse con la presidencia. Un movimiento complejo ya que los socialistas europeos deben apoyar el cambio.

En 2019, las principales fuerzas europeas acordaron que hasta 2022 el socialdemócrata David Sassoli presidiera el hemiciclo, provocando un relevo con Weber. Dado que la plaza queda vacante, hay que buscar un sustituto hasta mediados de 2023 que llegue Donald Tusk, tercer nombre acordado para presidir el Parlamento. 

 Casado, más cercano a Orban que a Merkel

Lo cierto es que pese a los constantes viajes a Bruselas del líder del PP para crear contactos dentro de la red popular europea, el PP de Casado se ha posicionado más cerca de Viktor Orban y la utraderecha europea que de Merkel y los democristianos.

El pasado mes de julio, el Partido Popular Europeo se dividía en la Eurocámara. La ruptura se producía ante una votación para retirar los fondos de recuperación a Hungría por su ley homófoba.

De los 13 eurodiputados con los que cuentan el PP español en el Parlamento, 12 se abstuvieron, incluida la titular, Dolors Montserrat. Entre los populares españoles, solo Esteban González Pons, vicepresidente del grupo popular europeo, votaba a favor y por una cuestión de disciplina de voto por su puesto ya que socialistas, populares, liberales, verdes e izquierda habían acordado la propuesta.

Por su parte, el resto del PPE votaba a favor. El texto salía adelante con el voto favorable de 459 eurodiputados de todo el arco parlamentario, entre grupos de izquierda, derecha, euroescépticos y eurófobos, 147 votos en contra y 58 abstenciones.

No es la primera vez

El pasado diciembre, en plena negociación por el Presupuesto de la UE y los Fondos de Recuperación, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, que hay que recordar que es la cabeza más visible de la extrema derecha en Europa, vetó junto a su homólogo en Polonia, Mateusz Morawiecki, las cuentas.

Ambos recibieron el reproche público de varios líderes europeos, entre los que destaca el presidente delPPE, Donald Tusk. Y es que, el bloqueo de Orbán era perjudicial para los países más azotados por el coronavirus, entre los que se encontraba España.

"Quien esté en contra del principio del Estado de Derecho, está en contra de Europa. Espero una posición clara al respecto de todos los partidos del PPE. Los oponentes de nuestros valores fundamentales ya no deberían ser protegidos por nadie”, escribía Tusk en sus redes sociales.

Sin embargo, el PP no se mostraba en la misma línea. La delegación encabezada por Dolors Monserrat evitaba a toca costa pronunciarse y Casado decidía no firmar la carta rubricada por varios eurodiputados del PPE pidiendo la expulsión de Orbán del grupo parlamentario.

"Nosotros apoyamos el mecanismo de estado de derecho y su vinculación a los fondos. Es la posición que hemos expresado en diferentes ocasiones”, indicaban entonces fuentes populares.