El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha llegado al Congreso de los Diputados con más de una hora de retraso de lo que él mismo anunció. Durante una comparecencia este lunes, aseguró que había liberado su agenda para recibir en su despacho a Pablo Casado y Albert Rivera a fin y efecto de allanar el camino de las investiduras de la Región de Murcia y la Comunidad de Madrid. Sin embargo, el adalid de “la España que madruga” ha llegado tarde y no ha aparecido hasta pasadas las 09:00 horas.

El líder popular aceptó la cita y lleva reunido con Abascal desde pasadas las 10:00 horas, a pesar de que el PP no confirma el encuentro y Vox esgrime que "es confidencial".

Por su parte, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, respondió al líder de Vox a través de un mensaje de whatsapp. Rivera rechazó verse con Abascal y le remitió a “los equipos autonómicos” en caso de que hayan cambiado de opinión con respecto a las investiduras en Murcia y Madrid, encalladas porque en ambos puntos geográficos los naranjas se han negado a tragar y piden un acuerdo programático a tres bandas.

En este sentido, Abascal ha reculado: “No es necesario una reunión a tres”, ha matizado, argumentando que la reunión era una mera invitación para encauzar las negociaciones y no una condición sine qua non: “No era una exigencia”.

“Hemos renunciado por completo a entrar en esos gobiernos, pero sí queremos un acuerdo programático”, ha dicho; y en caso de que Rivera se negara a firmar un pacto a tres, Abascal ha propuesto que tanto los naranjas como los ultras invistan con sus votos a un gobierno monocolor del Partido Popular.

“Podemos llegar mañana a una investidura sin acuerdo”, ha advertido Abascal, quien ha anunciado que volverá a contactar con Ciudadanos.