Quizás estemos a pocos días de poder leer el Trabajo de Fin de Máster (TFM) de Cristina Cifuentes, la obra literaria que más expectativas ha generado desde que acabó la saga de Harry Potter. La presidenta de la Comunidad de Madrid le habría trasladado a la Universidad Rey Juan Carlos I su permiso para hacerlo público… cuando lo encuentren.

Así lo han señalado fuentes de su equipo después de la comparecencia que Cifuentes hizo ayer a través de una televisión de plasma desde la calle Génova, justo antes de irse de vacaciones. La presidenta madrileña llevaba tres años sin irse de vacaciones y hacía gala de ello, pero ahora, por primera vez desde que llegó al poder, no habrá Consejo de Gobierno en Semana Santa.

Dichas fuentes han señalado que, cuando la universidad encuentre el trabajo, tienen el permiso de Cifuentes para que lo puedan difundir y aclarar así la polémica. Sobre la posibilidad de que sea la propia Cifuentes la que difunda su TFM, no ha habido pronunciamiento. La presidenta ha defendido anteriormente que no encuentra el trabajo porque se ha mudado de casa varias veces y lo ha traspapelado. Al parecer, tampoco tiene copias digitales ni correos electrónicos con el TFM en archivo adjunto.

Tras saltar el escándalo de su presunto máster fraudulento, Cifuentes sólo ha ofrecido dos entrevistas -en Onda Cero y en la tele de los obispos- y eso fue la primera noche. Después, esquivó a los periodistas en la Asamblea de Madrid, su partido vetó que se preguntara sobre el tema en sede parlamentaria, se ausentó de un acto con rectores alegando una gripe y este lunes compareció a través de una tele de plasma al estilo de Mariano Rajoy y se negó a atender a los medios. Ahora, por primera vez en tres años, Cifuentes se ha marchado de vacaciones de Semana Santa.

Mientras, los escándalos se han ido sumando. Se descubrió que en los papeles que presentó como prueba ponía como su dirección la Delegación del Gobierno de Madrid, cuando aún no había sido elegida para ese puesto. También que habría defendido su máster al mismo tiempo que coordinaba un operativo policial de 450 agentes en la celebración de la Eurocopa 2012. Y ahora sabemos que el catedrático de su máster que defendió su inocencia tiene vínculos con un alcalde de la Púnica para el que trabajó y al que acogió en su departamento cuando tuvo que dimitir.