Inicio de incendio en el PSOE cuando menos lo necesitan, gracias a la rapidez de palabra del portavoz de su Ejecutiva, Óscar Puente. El también alcalde de Valladolid, algo que debe imprimir cierto carácter, no se ha cerrado a la aplicación del artículo 155 de la Constitución que implicaría la suspensión de la autonomía catalana, en la rueda de prensa de los lunes en la calle Ferraz, tras la reunión de la Ejecutiva. Algo que la prensa ha recogido con el titular de que “el PSOE levanta el veto sobre el 155” y que afecta a la relación con el PSC y a su postura en Cataluña.

La aplicación del artículo 155 siempre ha generado debate en el PSOE, aunque la postura oficiosa era no entrar en la polémica y, sobre todo, no apoyar abiertamente una medida que es una seña de identidad de la derecha política. En el mes de julio, la portavoz del grupo parlamentario en el Congreso y principal figura del sanchismo, Margarita Robles, se mostraba tajante: “Nunca sería una solución procedente y nunca la apoyaríamos”.

Una línea roja que marcaba Robles después de varias semanas en las que el propio Óscar Puente había mareado la perdiz con el artículo 155. El 19 de junio, el portavoz del PSOE decía que la aplicación del 155 sería una medida “cruenta” y esperaba que no se llegara a tal extremo. De hecho, echó la culpa a la vieja guardia: "Es una idea que sólo ha puesto Alfonso Guerra encima de la mesa y, por tanto, vamos a dejarlo como una opinión y espero no ir más allá".

Cuatro días después, el 23 de junio, Óscar Puente decía que el uso del 155 era “una hipótesis” sobre la que el PSOE no se iba a pronunciar, aunque en el partido estaban “convencidos de que no se va a tener que aplicar”. Tres días después, el 26 de junio, Puente desautorizaba a Núria Parlon, quien defendía que el PSOE haría todo lo posible para oponerse al 155. Pero, según el portavoz “la Constitución española está ahí y es aplicable y respetable y la tenemos que respetar todos y por supuesto el PSOE la respeta y la defiende".

Este triple vaivén fue, como decimos, desautorizado por Margarita Robles, a principios de julio, aprovechando una reunión entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. Un correctivo que a mediados de agosto ratificó la vicesecretaria general del PSOE, número dos del partido y experta en dejar en mal lugar a Puente. Ya lo hizo con Venezuela y volvió a hacerlo con el 155, al celebrar que el PP -que también cambia de postura con asiduidad- renunciara a aplicar dicho artículo. Lastra dio a los populares la bienvenida a su posición y señaló que cuando la marcaron meses antes “nos cayeron chuzos de punta”.

En su rueda de prensa de este lunes, Óscar Puente ha añadido dos gazapos. Por una parte, decir que “vamos a ver qué circunstancias se producen, y a la luz de esas circunstancias tomaremos una decisión”. Ningún partido, y mucho menos el que lidera la oposición y es alternativa de Gobierno, puede presentarse como un oportunista que espera a ver por dónde sopla el viento para marcar su postura. Y menos en un tema tan serio, porque Puente ya lo había hecho, pero cuando el horno estaba menos caldeado.

Por otra parte, el PSOE hace bien en apoyar la legalidad y al Estado ante el desafío catalán. De ahí la reciente frase de Pedro Sánchez diciendo que apoya “al Estado y a quien lo lidera”, es decir, a Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. Pero Puente hoy ha citado como autoridad a Pablo Casado, para decir que “estamos en la misma onda”. Casado es un fontanero del Partido Popular, el principal rival de los socialistas. De ahí que sólo el PP sólo haya tardado unos minutos en “celebrar que el PSOE ya no vete la aplicación del 155 en Cataluña”.

Problemas para el PSC

Pero el principal damnificado de todo este fuego no es Óscar Puente, sino el PSC. Tras unos meses de riesgo en la relación a raíz del apoyo de los socialistas catalanes a Sánchez durante la era de la gestora, no conviene que ahora se reavive el mal rollo, cuando han salido vencedores de la pugna interna. El PSC vive en una situación delicada, pero se le abría un buen horizonte tras la cesión de Ada Colau ante los independentistas, habilitando el voto en el referéndum. Siempre habrá quien les considere unos traidores al procés y les llame botiflers, pero el cupo de insultadores -y sobre todo pérdida de votantes- se multiplicaría si el partido va por ahí defendiendo que se le arrebate la autonomía a la Comunidad.

De puertas adentro, los bomberos corren para apagar el incendio. De cara al exterior, la postura del PSC es recatada, pero clara, y aseguran que la formación catalana “siempre ha mantenido que la solución es política, nunca ha creído en la efectividad de sólo aplicar la ley”. Esta noche, Miquel Iceta tiene un acto en Madrid en el que el tema del 155 será inevitable. Para evitar males mayores y que se aumente el cisma, no hay muchas opciones: o se culpa al mensajero y se dice que los periodistas no han sabido interpretar lo que Puente ha dicho, o se vuelve a desautorizar al pirómano, al que ya sólo le quedaría retirarse a los cuarteles de invierno de Valladolid, donde el frío siempre ayuda a mitigar los incendios. 

Actualización: La incógnita ya está resuelta. Óscar Puente ha subido de nivel. Esta vez ha sido el mismísimo Pedro Sánchez quien ha salido a desautorizarle para señalar que "no contemplamos" la utilización del artículo 155.