Se dice que está agotado, que no ha sido más que una rabieta de marginados y ocupas. Pero, todos saben -y sabemos- que no es verdad.

El 15-M, Democracia Real Ya, y los indignados, han calado en muchos de nosotros. Teníamos mermada y adormecida nuestra parte de demócratas indignados, y de repente ha espabilado, como se evidenció el pasado 15 de mayo.

Vuelven los movimientos organizados de los años 60 y 70. Pensábamos que estaba hecho, que la muerte del dictador cambiaría radicalmente las estructuras sociales.

Creíamos que era suficiente, ahora, vemos que no, que lo que reivindicábamos entonces no se ha conseguido. La democracia no sirve sin participación, no existe si hay divorcio entre política, economía, medios de comunicación y ciudadanos.

Alentada por la inteligencia, en honor a la conciencia y la integridad del ser humano, se fragua una nueva revolución: La revolución pendiente.

La historia ha demostrado que el mundo cambia gracias a iniciativas como la del 15-M. Desde el siglo XVIII, con la revolución francesa de 1789 y su “Asamblea Nacional” que acabó con el Antiguo Régimen, o, la revolución de octubre que terminó con el sistema zarista ruso, hasta llegar a Madrid, pasando por las incipientes insurrecciones árabes y americanas.

Las revoluciones que, con más o menos arraigo han modificado los sistemas absolutistas para beneficio social, escribieron y escribirán la verdadera historia. En función del desenlace, pretenderán cambiarla con sus libelos, los heurísticos exegetas de prensa y libros al dictado de vencedores.

A pesar de que en un principio se les intentó ningunear, al final, éstos “perro flautas” han demostrado que el pueblo unido es el único protagonista de la función social. Los poderes políticos y financieros saben ahora que no van a seguir impunes, que lo que no cuestionan los medios en su poder se va a denunciar con gritos de rebelión en calles y plazas de todo el País.

Un grupo de personas desconocidas entre ellas, con el nexo común de la indignación que les produce la vigente estructura política y económica, nos han hecho reflexionar a todos sobre el alcance de nuestros derechos y nuestra dignidad. De repente, hemos reparado en que la distancia existente entre gobernantes, legislación y pueblo, es demasiado amplia.

Gracias al 15-M, el resto del mundo sabe ahora, que España genera excesivas máculas en Instituciones, entidades financieras y procesos judiciales.

Desgraciadamente, el Estado de Derecho sigue torcido…. y enfermo.

La desidia de unos ha favorecido las corruptelas de otros, y eso, también ha venido a combatirlo éste movimiento espontáneo.
La política al servicio de la economía, no ha sabido comprometerse con su tiempo, ni dar respuesta a la nueva iniciativa. (Cómo va a responder a nuevas iniciativas quien no sabe ejecutar las suyas propias). Algo no funciona, y lo que pretenden hacernos creer que funciona, se ha demostrado que no garantiza los intereses de la mayoría, por lo tanto: ¡no vale!

Gracias a la Puerta del Sol hoy sabemos de lo que somos capaces cuando nos asiste la lógica colectiva.

Representantes, empresarios y magistrados que se creían por encima de la jurisprudencia de fiel balanza, saben ahora que la gente, indignada, les va a exigir una organización social más ecuánime.

Porque todos hemos descubierto que no hay discrepancia generacional ni sexista ante la injusticia.

Que la ideología de la calle y la militancia no están tan lejos del acuerdo, cuando agreden los intereses generales quienes tienen la obligación de garantizarlos.

Que el pensamiento, la reflexión, la asamblea y la participación son cosas positivas para el desarrollo y la organización social.
Se ha demostrado que razonar es sencillo, tan solo hace falta honestidad, voluntad e ideas. Y abundan. Porque la verdad más común es siempre algo evidente si se basa en la realidad.

Hemos comprobado que para debatir y llegar a conclusiones no hacen falta oropeles ni fastuosos edificios.

Que las calles y las plazas de nuestras ciudades están para algo más que para limpiarlas de cacas de perros. Están para uso y disfrute de los vecinos.

Se ha evidenciado que la -No violencia- es también un buen método revolucionario.

Las redes sociales virtuales han potenciado una forma de amistad que, por sincera, ha confluido en relaciones de carne, hueso y almas unidas por la razón.

Quizá solo sea el halo de una mariposa que transita por todos los barrios de las grandes ciudades, un insignificante aleteo que pretende transformarse en huracán rebelde dentro del caos a que nos conduce la tiranía económica actual.

Puede que parezca (intencionadamente) que esto quedará en nada, pero esto, que parece nada, acaso sea la chispa que ha encendido la hoguera de un nuevo levantamiento social.

Esto es solo un aviso, un ensayo….

La próxima, “a lo mejor” se convierte en mundial y definitiva.

¡Que así sea!
Chema de Mingo
http://chemademingo.blogspot.es