Al fondo de una cafetería de Malasaña se encuentra una chica que irradia dulzura y personalidad. Sudadera negra de Nike con capucha, pantalón negro, New Balance blancas y gorra de los New York Mets. Toma un café y un botellín de agua. Bajo una luz tenue, ElPlural.com mantiene una conversación con Elena Nieto, líder de Yawners, ante la publicación de su nuevo álbum, Duplo.

Pregunta: Suicidal Tendencies, Khaled, Bizarrap, Fred Dust, Chimo Bayo… Tú también, siempre con gorra

Respuesta: ¿Chimo Bayo?

P: Tenía una muy mítica con luces y las siglas de la Unión Soviética

R: Hostia puta

P: Pero sin ningún sentido ideológico, ¿eh? Simplemente como elemento estético, comodidad y también, claro, provocación.

R: Empecé a usarlas con el proyecto Yawners. Al principio tenía el pelo larguísimo y era un jaleo. Probé con la gorra y desde ese momento no me la he quitado. Y ahora tengo una colección gigante. Pero siempre me acabo poniendo las mismas.

P: ¿Cuántas podrás tener?

R: 50-60.

P: Tienes una de los Miami Marlins guapísima.

R: Esa la pillé hace poco.

P: Hay una cosa que me gusta hacer con los grupos con nombre en inglés y es traducirlos literalmente. Las Bostezadoras. Queda guay.

R: Por darle un contrapunto.

Elena Nieto, líder de Yawners. Foto: Laura Martinova
Foto: Laura Martinova

 

P: Bueno, vamos con Duplo, tu nuevo álbum.

R: Es un disco en el que he currado un montón. Coyunturalmente, gracias a la pandemia, he tenido un montón de tiempo para componer y producir las canciones en casa. También es un disco que me hace mucha ilusión que salga porque se ha editado en cuatro países: Inglaterra, EEUU, España y Japón. Hay mucha gente que ha trabajado alrededor de Duplo. Tengo mucha ilusión.

P: Has mantenido un sonido similar al de tus otros trabajos Just Calm Down y Dizzy.

R: Intento no ser tendenciosa. La música que me sale es esta. Son mis influencias básicas. Quizás, si intentara otro género, también me saldría bien. Pero no lo decido. Sale.

P: Me parece un éxito haber conseguido, a pesar de los cambios en la banda, mantener el espíritu y el sonido a lo largo de tu discografía.

R: Ha habido mil cambios. El proyecto Yawners lo empecé en Salamanca junto con mi amigo Óliver. Después me fui a vivir a Bremen. Allí toqué con otro chico que era batería. Al volver a España estuve con Martín, que grabó las baterías del primer disco. Luego lo dejó. Y ahora estoy en formato trío con Tomás y Teresa. Y a nivel de estilo no cambia demasiado porque, como produzco y compongo todas las canciones en casa, al final es ejecutar lo que hago. Y siempre intento que los músicos sean acordes a mis gustos y estén motivados con lo que hacemos.

P: La verdadera diferencia está en el idioma. El primer disco fue todo en inglés, en el segundo sacaste una canción es español y en Duplo son la mitad.

R: No hay ninguna razón seria detrás de ello. Nada premeditado. Simplemente, cuando compongo, las canciones me salen a veces por una frase. Si la pienso en inglés, hago el tema en inglés. Y si es en castellano, pues en castellano. Al plantearme grabar Duplo vi que las canciones eran mitad y mitad. Pensé pasarlas todas al mismo idioma, pero al final decidí dejarlo así, como me había salido. Tenía un poco de miedo, pero a los sellos internacionales les ha gustado el mix porque ahora se lleva eso. Mira Rosalía, canta en los dos idiomas.

P: Que Bud Bunny se haya convertido en el artista más escuchado de Spotify de los últimos dos años es un exitazo de nuestro idioma y cultura.

R: Es que está en auge. Antes, cantar en español era un impedimento para entrar en los mercados anglosajones y ahora es un atractivo.

P: Los latinos tienen muchos hijos en EEUU. Es una reconquista silenciosa.

R: El otro día leí que era el segundo país con mayor número de hispanohablantes. Después de México.

P: ¿Cambia mucho la sonoridad, el color de la música al utilizar un idioma u otro? 

R: Es algo bastante inexplicable. Tú tienes la misma canción musicalmente hablando. La cantas primero en inglés y luego en castellano y en tu cabeza hay un click. Puede sonar a indie español o a rock californiano. Simplemente por el idioma. Aunque la melodía sea la misma. También pasa una cosa. Dices algo mega cursi en inglés y a nadie le da cringe. Lo dices en español y todo el mundo se lleva las manos a la cabeza. Y significan literalmente lo mismo. Tenemos que sacarnos los tabúes.

P: Te leí en otra entrevista que tu canción La Escalera la compusiste escuchando cómo la madre de tu novio le llamaba para avisarle de que tenía la cena preparada. Otros para inspirarse necesitan comerse un tripi.

R: Mi inspiración son las cosas cotidianas. Como esa u otras más complejas. Otros escriben odas a aspectos superiores, yo prefiero contar lo que me pasa y con lo que la gente puede sentirse identificada. Al final somos todos iguales.

P: Tu segundo single del disco se lo dedicas a Rivers Cuomo.

R: Soy muy fan de Weezer. Tienen discos que todo el mundo debería escuchar.

P: En los comentarios de Youtube dejó por escrito que le encantaba la canción. Me imagino la ilusión que puedes sentir al ver algo así.

R: Fue surrealista. Ha reaccionado por diferentes vías. Tampoco tenía demasiadas pretensiones con que él fuera a decir algo. Ni siquiera de que llegara a escucharla. Es cierto que, al trabajar con un sello estadounidense, les comenté si había posibilidades de que se la pasaran. Simplemente para que la escuchara. Se la mandaron por email y dijo que le encantó. Además, tiene un canal de Discord en el que aseguró que no podía parar de cantarla. Yo flipaba. ‘Este tío está en su casa y cantando una canción que he escrito yo’. Son las cosas que tiene Internet.

P: ¿A qué otros artistas vas a rendirle tributo con un título?

R: De momento no tengo pensado ninguno.

P: Oye, has descubierto una buena estrategia de marketing

R: (Ríe). La verdad es que sí, pero eso solo funciona cuando lo haces de manera genuina. Podría ser gracioso alguien muy rándom. Ni siquiera de la música. Un presidente, quizás.

P: ¿Donald Trump?

R: No. En ese melón no me quiero meter.

P: Quiero centrarme también en tu tercer single, Honey. Y en el videoclip. Conseguís convertir Aluche en un aesthetic californiano de los noventa. ¿Participas en este tipo de procesos creativos?

R: Hasta ahora hemos sacado tres videoclips con tres directores diferentes. En Suena Mejor le planteamos ente Montgri y yo la idea a Dani, el director. Y la hizo realidad. Honey lo dirigió Xavi Souto, un chico de Barcelona. Le dimos libertad absoluta e hizo esto. Es una canción de las más generalistas, una canción de amor. Que te permite, casi, hacer el vídeo que quieras. Es un combo de lo que dices, con el ojo de pez que es muy noventero y evoca a las bandas de punk rock de la época. Y lo transportó a Aluche, Carabanchel. Y tocamos junto a un sitio donde venden cupones de la ONCE, junto a un descampado… Mola traerse a nuestro escenario un imaginario diferente.

P: Lo noventero no se refleja solo en tu música. También en tu sentido estético, tu forma de concebir la moda.

R: Siempre me gustó el rollo skater y siempre voy mega ancha. También el rollo monocroma. La estética de los 90 me parece mágica. Ahora se vuelve a llevar lo dosmilero. Y es una ola difícil de surfear.

P: A veces pasa que idealizamos nuestra infancia y la época en la que nos tocó crecer.

R: Es algo que hacemos casi todos. Surge un revival porque te sientes cercano a un momento en el que viviste algo bonito. Pero más allá de eso no me considero nostálgica. Intento ir para adelante. No está mal hacer reflexión sobre el pasado, pero tampoco sirve demasiado.

P: ¿Cómo descubriste la música?

R: En este género lo hice yo solita. En mi casa se escuchaban clásicos tipo The Beatles o Dire Straits. Y quieras que no, se te quedan ahí para siempre. También empecé clases de guitarra, pero lo típico que aprendes cuatro mierdas. Y sin ninguna recomendación de nadie, descubres un grupo y te vuelves obsesa. Por ejemplo, Green Day, Blink 182, Sum 41… Les supliqué a mis padres una guitarra eléctrica…

P: Te salió bien la jugada.

R: La verdad es que sí.

P: Leyendo alguna entrevista he visto que tienes una especial predilección por Japón. Y que veías Shingeki no Kyojin (Ataque a los Titanes). ¿La has terminado?

R: Qué va. Me explotó un poco la cabeza de lo intenso que era.

P: Acaban de estrenar la mitad de la última temporada.

R: Vi el primero y dije: ‘Un momento’. No me acordaba qué había pasado anteriormente…

P: Pues hay vídeos en Youtube que lo resumen muy bien. ¿Ves algún otro?

R: Ahora estoy con Bizarre Jojos Adventure. Luego los típicos: Death Note, Evangelion... Me mola mucho la ilustración de los animes. Disfruto mucho viéndolos. En los mangas no me he introducido mucho. Es que Japón me parece un país increíble. Con el anterior disco iba a haber ido de gira, pero llegó el Covid. Aunque el plan es ir en la primera mitad del 2023.

R1 07182 005AFoto: Laura Martinova

 

P: Quiero preguntarte también por Montgrí. Buena pinta el sello, ¿no?

R: Estoy encantada. Es un sello súper joven que nació porque Cala Vento querían autoeditarse su tercer disco y a raíz de eso no tenían más pretensión. Pero, de repente, editaron a Lagartija Nick, ficharon a Biznaga, Vulk, a mí. Y ahora tienen un roaster que, sin comerlo ni beberlo, mola mucho. Y les da muchísima identidad editorial. La Élite también mola mucho, Biznaga acaban de sacar Bremen no existe, que es un discazo.

P: Hablando con otros artistas, tienen la sensación de que en Madrid se están dando contextos que la colocan como un nuevo semillero cultural. Imponiéndose a Barcelona.

R: Tal cual. Llevo viviendo casi seis años aquí y cuando llegué me planteé el irme a Barcelona. Tenía la percepción de que había un caldo de cultivo y una escena musical que tiraba más. Sin embargo, ahora mismo Madrid es brutal. Hay una gran escena alternativa pero también mainstream. Y no me planteo marcharme.

P: También por parte del público. La gente necesita música, conciertos, bailar, pasarlo bien.

R: Yo he encontrado mi sitio aquí. También mi grupo de amigos son casi todos gente que toca en grupos. Carolina Durante son mis vecinos y hacemos todo juntos. Al final hay una escena que no existe en esta medida en otra ciudad de España. Conciertos todos los días y la gente va. Está pasando algo muy guay. No dudo de que en Barcelona también haya una buena escena, pero no es lo mismo.

P: Otra sensación que tengo es que está habiendo una especie de resurrección de las guitarraS. Como que eso que llaman trap está pasado de moda.

R: Y hay mucha gente que hace música urbana que está recurriendo a la formación clásica de banda de rock para los directos. Yo he hecho gira con Rojuu, que lo hace. Él nos lleva a mí de batería y luego a Depresión Sonora. Y tocamos hasta las bases más hiphoperas. Las guitarras se habían quedado en el cajón y la gente ve ahora que mola.

P: Giras.

R: En verano hacemos festivales. Tomavistas, BBK... La gira empieza en París a finales de septiembre, que hacemos 15 conciertos por Europa. Y nada más volver empezamos gira aquí, aunque no está anunciada. Tengo muchas ganas.

P: ¿Es lo que más te gusta?

R: No lo sé. Quizás sea componer. Me gustan los directos, pero también son muy sufridos. Puedes pensar que todo es rock and roll, pero también tiene una parte dura. Es cierto que es lo más bonito, culminas el disco y ves a la gente que canta tus canciones.