Rosalía ha vuelto a sorprender a sus seguidores con un gesto inusual. En lugar de lanzar un adelanto sonoro o visual, la cantante catalana ha compartido en su boletín de Substack una partitura manuscrita titulada Berghain. El documento, difundido el 13 de octubre de 2025, ha generado una oleada de interpretaciones y especulaciones sobre su significado y sobre el posible rumbo de su nueva etapa musical.

La partitura, escrita a mano por la propia artista, incluye una melodía para piano y anotaciones rítmicas básicas. No hay letra ni indicaciones sobre instrumentos adicionales. Pocas horas después de su publicación, un seguidor decidió interpretar la pieza y compartir su versión en vídeo. El resultado, un breve fragmento instrumental de tono sobrio y melancólico, se viralizó rápidamente en X, donde miles de usuarios comenzaron a debatir sobre cómo podría sonar la versión oficial del tema.

BERGHAIN by R O S A L Í A

 

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El título de la pieza, Berghain, ha despertado especial interés. Hace referencia al célebre club berlinés del mismo nombre, considerado un templo mundial del techno. Este detalle ha llevado a muchos seguidores a especular con que Rosalía podría estar explorando una nueva dirección musical más cercana a la electrónica y al sonido industrial, en contraste con el flamenco experimental y el pop urbano de trabajos anteriores como El mal querer o Motomami.

Esta publicación encaja con el estilo enigmático y conceptual que caracteriza a la artista. No es la primera vez que Rosalía utiliza gestos simbólicos o formatos poco convencionales para anunciar nuevas etapas. En los últimos meses, ha empleado su cuenta de Substack como diario personal, compartiendo reflexiones, apuntes visuales y fragmentos de su proceso creativo. En este contexto, Berghain parece más una pista conceptual que un lanzamiento formal.

Desde el punto de vista musical, la partitura revela una estructura sencilla pero precisa. Según músicos que han analizado la notación, la composición está escrita en compás de 4/4, con una melodía en modo menor y armonías que generan cierta tensión. Los acordes aparecen distribuidos en progresiones que sugieren un movimiento constante, pero sin resolución plena. La pieza podría funcionar como base para un tema electrónico o para una canción más experimental, dependiendo del tratamiento de la producción.

La versión interpretada por el seguidor ofrece una lectura limpia y contenida, centrada en el piano. El fragmento, de aproximadamente un minuto y medio, suena introspectivo y algo disonante, lo que refuerza la idea de que Rosalía está interesada en explorar territorios menos melódicos y más atmosféricos. Algunos usuarios de redes sociales han comparado la armonía con la de compositores contemporáneos de música minimalista, mientras otros la vinculan con el tipo de ambient techno que caracteriza al club que da título a la obra.

El gesto de publicar una partitura en lugar de un audio también puede interpretarse como una declaración de intenciones. En un momento en que la industria musical se basa en la inmediatez y el consumo rápido de contenidos, Rosalía propone un formato que requiere tiempo, lectura y reinterpretación. La artista deja así en manos de sus seguidores la tarea de darle sonido a su creación, convirtiendo el acto de escucha en una experiencia participativa.

Por el momento, el sonido definitivo de Berghain sigue siendo una incógnita. Lo que sí ha quedado claro es que Rosalía continúa utilizando la sorpresa y la experimentación como motores creativos, consolidando su posición como una de las figuras más innovadoras de la música contemporánea.

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