Se avecina la peor de las batallas y esta no se librará en ninguno de los siete reinos de Poniente, ni en los otros tantos de Tierra de Nadie, sino en las plataformas digitales. Con tan solo dos semanas de diferencia, llegan dos de las producciones más ambiciosas y esperadas de los últimos años. Amazon Prime anunciaba a bombo y platillo a primeros de año, que El Señor de los Anillos: Anillos de poder, título definitivo de su serie, se estrenaría el próximo 3 de septiembre. Sin embargo, a última hora ha movido ficha y alterado sus planes. El jueves 1 de septiembre, una jornada antes de lo previsto, llegarán a EEUU sus dos primeros episodios, para estrenarse en el resto de Europa, incluida España, tan solo un día después. Con este golpe de efecto encima de la mesa, Amazon intentará contrarrestar el desembarco en HBO Max este próximo 22 de agosto de La Casa del Dragón. La pelea entre ambas producciones por hacerse un hueco en el codiciado mundo del streaming, ya está servida.

No está claro quien ganará la contienda, aunque a priori a ambas producciones les sobran atractivos para triunfar. De entrada, están basadas en libros superventas de género épicos.  George R.R. Martin (La Casa del Dragón y Juego de Tronos) y J. R. R. Tolkien (El Señor de los Anillos), además de vender sus derechos por cifras astronómicas, han participado y supervisado cada uno de los guiones.

La Casa del Dragón se retrotrae 200 años antes que su predecesora, cuando el rey Viserys Targaryen, interpretado por Paddy Considine, debe decidir a quién cede su trono, si a su hermano el príncipe Daemon (Matt Smith) o a su hija la princesa Rhaenyra (Emma D'Arcy). Sin embargo, una tercera aspirante peleará por el reinado. Se trata de Olivia Cooke (Alicent Hightower), amiga de toda la vida de la princesa Rhaenyra y que se casa con el monarca tras enviudar este repentinamente. Arranca así una encarnizada lucha de poder entre todos ellos, que durará años y años.

Por su parte, El Señor de los Anillos narra buena parte de los sucesos de la “Segunda Edad de la Tierra Media”, anteriores a la Guerra de la Última Alianza. Está ambientada miles de años antes de El Hobbit y El Señor de los Anillos, y sigue la historia de un grupo de personajes mientras el mal resurge en la Tierra Media. La épica de Tolkien vuelve así a las pantallas, cuando se cumplen 20 años de la exitosa trilogía de El Señor de los Anillos, y 10 de El Hobbit de Peter Jackson.

El rodaje de ambas no ha sido nada fácil

La producción de La Casa del Dragón arrancó en abril de 2021 y ha sido rodada principalmente en Inglaterra y España, concretamente en Extremadura y Granada. De hecho, esta es la segunda vez que HBO Max elige la ciudad andaluza como escenario natural para algunas de sus localizaciones. Recordemos que ya rodó allí parte de la séptima temporada de Juego de Tronos.

La adaptación para la pequeña pantalla de las novelas de Tolkien, una de las más ambiciosas de la historia de la televisión, hubo de ser paralizada por la pandemia. Terminó de rodarse este mismo junio en Reino Unido y Nueva Zelanda, lugares donde se ha recreado a la perfección La Tierra de Nadie.

Aunque las cifras que rodean a ambas producciones son mareantes, lo cierto es que el presupuesto de El Señor de los Anillos: Anillos de Poder dobla con creces al de su más directa competidora. En 2017, Amazon anunciaba la compra de los derechos de la novela superventas de Tolkien para su adaptación televisiva por unos 300 millones de dólares (unos 292 millones de euros). A eso hay que sumar los 465 millones de dólares de presupuesto, con que cuenta la primera temporada. Cada uno de sus ocho episodios ha costado nada menos que 56 millones de dólares, más del doble que las diez entregas de la primera temporada de La Casa del Dragón, con un coste de 20 millones por capítulo. Eso sí, supera con mucho el presupuesto de Juego de Tronos que salía por alrededor de 100 millones por temporada.