Nunca he sido muy de cómics ni superhéroes, agentes infiltrados, o galácticos protagonistas del espacio intersideral (tampoco supe nunca bien qué quería decir esto) enfundados en los trajes más inverosímiles y marcianos que uno se pueda imaginar, como sucede habitualmente en Marvel o Starwars. Salvo The Boys (Prime Video) que se ríe de todos ellos con una destreza pasmosa, el resto de este heroico mundo en el que se incluye ¡García!, la serie recién estrenada en HBO Max, me da una pereza inenarrable.

Aunque en determinados momentos desearía estar en la luna, sin embargo, me siento muy de la tierra, y de esas historias que irremediable y afortunadamente, le agarran a uno con fuerza al suelo por donde pisa, una y otra vez. Quizás por ello disfrute tanto con las experiencias más vívidas y comunes de los mortales, antes que con esa ciencia ficción tan futurible como predecible, y con un mundo el del cómic, que tan poco interés ha despertado en mí en los últimos años. Les cuento todo esto por lo difícil que para mí resulta realizar una crítica objetiva y honesta sobre un material y un mudo que sinceramente aborrezco. Ya de entrada les digo que ¡García!, que estrena HBO Max, hará las delicias de los amantes del género; al resto del personal no tengo tan claro que le guste tanto.

Veki Velilla y Francisco Ortiz, en ‘¡García!’. HBO Max.

Veki Velilla (Antonia) y Francisco Ortiz (García), en ‘¡García!’. HBO Max.

Ambientada en una hipotética España actual, en un país dividido y al borde del caos político, la serie está protagonizada por Antonia (Veki Velilla), una joven periodista de investigación, que tropieza por casualidad con una conspiración urdida hace décadas: la existencia de un superagente criogenizado, García (Francisco Ortiz), creado en un laboratorio en los años 50 por los servicios secretos del general Franco.

Un soldado perfecto con una fuerza sobrehumana, y programado para obedecer órdenes sin cuestionarlas, al que Antonia acaba de despertar después de seis décadas congelado. García se siente desorientado y confuso en una España que encuentra completamente cambiada. El viejo mundo choca con el actual, mientras García y Antonia aprender a trabajar juntos al verse involucrados en una conspiración política, que amenaza con acabar con la democracia en favor de una nueva y brutal dictadura.

¿Qué le ocurre a cualquier profano en el género?

A cualquier profano en la materia seguramente le ocurrirá lo mismo que a mí. No entenderá esos códigos entre los que se manejan sus protagonistas y mucho menos hacia donde transita la historia. Con los chistes y algunos diálogos ocurre tres cuartos de lo mismo. O estás hasta las trancas metido en ese mundo del superhéroe del cómic, o desde fuera chocas continuamente con absurdos malentendidos y bromas sin sentido alguno.

Independientemente de todo eso, lo cierto es que siendo honesto y mirando el producto con distancia, ¡García! supone un verdadero soplo de aire fresco en la producción nacional de series. Además de sus interpretaciones, destaca la buena calidad de los efectos especiales, muy habituales durante las numerosas secuencias de intensa acción que se suceden a lo largo de cada uno de sus episodios.