Muchas son las iglesias dedicadas a San Antón en España, y normalmente, el 17 de enero bautizan a los animales, ocasión por la que se organizan largas colas y hasta peregrinaciones. Pero quizá la más sonada sea la de Madrid, que en 2016 puso a su frente al Padre Ángel, líder de Mensajeros de la Paz, con cuyas medidas causó una auténtica revolución para el templo y la Iglesia Católica en general: abre 24 horas, confiesa en mesas camilla, ofrece WIFI gratis, retransmite sus misas por streaming, emite las del Vaticano, ofrece servicio de psicología o fisioterapia, y, por supuesto, deja entrar a los animales.

El protagonismo de esta iglesia ha conducido a que a las peregrinaciones que se organizan desde siempre para bendecir mascotas el 17 de enero en Madrid, se sumen unas fiestas que amplían su radar más allá del barrio de Chueca, y aumentan su compromiso medioambiental. No en vano, son varias las ONG que se están involucrando en estas acciones que incluyen talleres, conferencias, degustaciones... Pasan por la iglesia más de 10.000 personas. Más información, aquí

El Padre Ángel, un verso suelto

El Arzobispado de Madrid le concedió a Mensajeros de la Paz la gestión de esta iglesia de estilo barroco que llevaba unas tres décadas cerrada. La visionaria manera de entender la religión del Padre Ángel hizo el resto. Eso, y las estupendas relaciones que mantenía con el Ayuntamiento de Manuela Carmena, así como la presencia del Padre Ángel en la primera sesión parlamentaria en la que Pedro Sánchez intentó la investidura, han llevado a muchos a buscarle las cosquillas políticas al párroco. Sin embargo, todo apunta a que es un verso suelto.

Según la biografía El padre Ángel, mensajero de la Paz, de Jesús Bastante Liébana, este sacerdote nacido en Mieres (Asturias), fundador de Mensajeros de la Paz en 1962 y Príncipe de Asturias de la Concordia, se proclamó, en su día, partidario del “póntelo, pónselo”, y ha defendido la familia en sus modalidades más controvertidas (y hasta mencionó en una misa a Pedro Zerolo tras su fallecimiento, lo que suscitó más de un cabreo). Ha destacado por luchar por los niños abandonados, las mujeres maltratadas, las personas sin hogar, los ancianos solos y los refugiados, y entre sus amistades políticas, hay variedad: se ha contado Felipe González, Ana Botella (que fue presidenta de honor de su ONG) y José María Aznar, aunque la relación con este último se enfrió cuando el Padre se manifestó contra la guerra de Irak.

¿Quién era San Antón Abad, el patrón de los animales?

San Antón Abad era egipcio de nacimiento. Se calcula que nació en torno al año 250, y apostó siempre por una vida austera, hasta el punto de que donó a los pobres la cuantiosa herencia que le dejaron sus padres, para dedicarse a tejer cestos como vía de supervivencia. Se considera padre de los monasterios de monjes, y por ello se le llama “Abad”, que significa “padre” en hebreo. Tradicionalmente, se invoca para proteger a los campos y los animales de las pestes, porque, cuenta la leyenda cuenta, curaba a los animales heridos y tenía como mascota a un cerdo, lo que le valió el apodo de San Antonio “El Marranero”.

Panecillos en honor al santo

En numerosas pastelerías elaboran panecillos dedicados al santo, un emblema de las fiestas madrileñas que se celebran estos días en honor a este patrón de los animales. Son pastas típicas de Madrid con apariencia de pan, pero de corazón dulce. Se cuenta que fueron el único alimento de San Antón su ayuno en el desierto de Tebadía entre los siglos III y IV (de ahí su aspecto rústico), y se los llevaban unos cuervos. Los frailes escolapios lo entendieron como un milagro y fueron quienes inauguraron la tradición de cocer panes en honor al santo.

Hoy, en pastelerías como Horno San Onofre los hay de mazapán (con sabor a chocolate, fresa, limón o yema, entre otros muchos), pero los más característicos son los de galleta.

La leyenda dice que atraen la fortuna para que no nos falte alimento, por eso se empaquetan junto con un céntimo. Además, algunas pastelerías ofrecen también la posibilidad de personalizar los dulces con la imagen de nuestras mascotas, y nos proponen una versión sin azúcar también para ellas.