El padre Ángel, fundador de la ONG Mensajeros de la Paz y párroco de la Iglesia de San Antón, ha viajado hasta la frontera de Ucrania con Polonia para ayudar a los refugiados que están abandonando el país por la invasión rusa. Además, el pasado miércoles dio la bienvenida en Madrid a los 130 refugiados que llegaron a bordo de 30 de los 34 taxis que salieron desde la capital para ofrecer ayuda humanitaria con la coordinación de Mensajeros de la Paz.

Desde Ucrania, el padre Ángel y su equipo han atendido a ElPlural.com y han mostrado su compromiso para ayudar en esta crisis humanitaria a causa de una guerra causada por la invasión de Rusia. “El infierno que están viviendo los ucranianos por la invasión de su país habla por sí misma. Todas las ONG tenemos que ayudar y colaborar para intentar, por lo menos, paliar esta tristeza y este horror que está viviendo la gente de Ucrania”, ha explicado el párroco.

Sobre el episodio que la ONG vivió el pasado miércoles, con la exitosa llegada de los taxis que coordinaron para traer a España a refugiados, el padre Ángel ha dicho que fue “muy emocionante”. “Fue muy emotivo ver cómo los compañeros taxistas recibían a los héroes que habían ido a por ellos. La verdad que con los ojos empañados y con los pelos de punta porque es una emoción indescriptible ver las caras con las que llegan las personas refugiadas que han vivido bombardeos y han visto morir a vecinos y de repente se sienten a salvo. Es algo muy emocionante”.

La cruz pectoral puesta a subasta

El padre Ángel, en línea con la ayuda que está ofreciendo a las víctimas de la guerra, ha puesto a subasta una cruz pectoral de oro de gran valor. Esta cruz fue un regalo del obispo de Oviedo, Gabino Díaz Merchán, que se la regaló al padre hace más de 50 años para que llevara a cabo acciones humanitarias. Ya no es la primera vez que lo hace, ya que ya lo ha hecho en otras tres ocasiones, pero en todas estas el comprador la devolvió, permitiendo que con ella se pueda seguir ayudando a los más necesitados.

“El objetivo con esta acción es recaudar fondos, para ayudar a estas personas refugiadas que lo han perdido todo, que tenían una vida y la han dejado atrás, que una bomba se la ha destruido y que necesitan alojamiento, comida, esperanza…”, explica. El padre Ángel considera que este pectoral “está muy bien invertido si va a ayudar a paliar el dolor de víctimas de esta invasión”.

Sobre las anécdotas que lleva tras de sí esta cruz pectoral, que ya ha sido subastada en otras ocasiones, el párroco asegura que el objetivo no es que se devuelva, sino que es recaudar fondos y ayudar con ellos a las personas más necesitadas. “El propósito es recaudar fondos y si la persona que lo compra luego la devuelve para volver a subastarla pues qué bonito. Qué gesto tan bonito y tan solidario para ayudar al pueblo ucraniano que realmente lo está pasando muy mal”, remata.