En el año 2008, la escritora Lee Israel, publicó Can You Ever Forgive Me?: Memories of a Literary Forger, donde exponía cómo en los años noventa, cuando no conseguía adelantos para una biografía que estaba preparando, olvidada ya de sus fugaces éxitos de venta y sin apenas dinero con el que mantenerse, comenzó a vender cartas de escritores y de actores y actrices famosas falsificadas. Detenida, la escritora creó todo tipo de posicionamientos; había quien recibía su figura como una forma de evidenciar la falsedad del coleccionismo, convertido en más bien un fetichismo cultural; otros pusieron de relieve una decisión y unos actos que obedecían al abandono por parte de la industria literaria de una autora que, más o menos, había tenido algo de éxito; por supuesto, también quienes atacaron fervientemente a Lee Israel como una timadora y, en el momento de editar sus memorias, protestar a la editorial que las publicó porque recibiría de las ventas su parte correspondiente de derechos de autor narrando cómo se había lucrado falsificando las firmas de otros. Un caso muy atractivo desde cierta abstracción. Pero desde un punto de vista más personal, se debe tener en cuenta que tras Lee Israel había una mujer alcoholizada, de comportamiento social -al menos bajo los parámetros normativos- complicada, tendente a la soledad, cuyo deseo de seguir escribiendo por encima de todo condujo a que tomara una decisión que, nunca quedó claro, tenía tanto de medida y razonada como de, en cierta manera, inconsciencia sobre aquello que estaba realizando.

¿Podrás perdonarme algún día?, de Marielle Heller

¿Podrás perdonarme algún día?, adapta las memorias de Lee Israel. Arranca cuando es despedida de la editorial en la que trabaja y termina justo cuando es descubierta su trama de falsificación. De entre las grandes virtudes que tiene la película, segunda obra de la también actriz Marielle Heller tras la muy interesante The Diary of a Teenage Girl (2015), una se encuentra en haber apostado por centrarse en el retrato de Lee Israel desde una perspectiva personal dejando el tema de la falsificación no tanto en un segundo plano como en un espacio menos significativo en comparación con el desarrollo personal de la escritora, quien encontrará en Jack Hock (Richard E. Grant) su perfecto compañero vital. Y, sobre todo, enlazar esa condición personal con esa decisión.

Así, Heller, a partir de un guion muy bien construido, recrea el Manhattan de los años noventa a partir de una fotografía sombría y melancólica que recrea en imágenes las calles neoyorquinas de manera muy bella, pero a la vez transmitiendo una transgresión de ciertos modelos cinematográficos de los que, a priori, parece partir. Heller crea un ritmo perfecto para ir desarrollando una acción cuya relevancia final reside en ir construyendo dos personajes de gran complejidad con los que resulta tan complicado empatizar como mantener distancia. Con un sentido adulto a la hora de tratar a los personajes y a los temas manejados en la película, ¿Podrás perdonarme algún día? se erige como una obra cuya complejidad reside en, precisamente, ahondar en unos elementos en apariencia simples a partir de los cuales trascender lo ilustrativo.

Relato de la soledad y de unas vidas que se mantienen a flote más por inercia que por convencimiento, la película de Heller resulta emocionante en su trabajo de lo íntimo a través de las imágenes, de los detalles, de simples miradas o gestos. Con una banda sonora que ayuda a conferir a los planos de una mayor atmósfera y profundidad, Heller ha logrado una de las películas más notables de la temporada desde una ambición arraigada en una mirada que se sitúa frente a los personajes para hablar de ellos, sin instrumentalización alguna de su condición femenina u homosexual, con el fin último de trazar sendos retratos complejos, con sus claroscuros. Y todo bañado de una melancolía en las imágenes que contraviene un cierto realismo visual que, al final, queda sublimado en un territorio visual que, aunque reconocible en sus formas, se aparece como nuevo.

¿Podrás perdonarme algún día?, de Marielle Heller