La prestigiosa Comédie-Française, compañía nacional de Francia fundada hace más de tres siglos a partir de la agrupación de Molière y que es, hoy, una de las mayores de Europa, recala en la Sala Roja de los Teatros del Canal, para sumergirnos en un cautivador viaje al fondo del mar inspirado en 20.000 leguas de viaje submarino, la mítica novela de Julio Verne.
 
20.000 lieues sous les mers, que estará en cartel del 10 al 13 de diciembre, es una inmersión en un monumento literario pensada para toda la familia (el espectáculo se recomienda a partir de 7 años), que une, en escena, la poesía de las grandes profundidades y la experiencia científica, con un elenco de actores y delicadísimos títeres. De la adaptación de la obra y la dirección del montaje se encargan Christian Hecq, un talento de la Comédie-Française especializado en el humor mímico, y Valérie Lesort, artista visual.

Hablamos con ellos.

¿Por qué deciden adaptar la novela de Julio Verne? La primera colaboración entre Valérie Lesort y Christian Hecq se basó en un títere híbrido, que consiste en una mezcla de una o más partes del cuerpo del actor y una marioneta -fue una técnica que nos enseñó el maestro titiritero francés Philippe Genty-. Conocer ese extraño objeto nos permitió escribir una treintena de bocetos para la televisión francesa, y la experiencia nos divirtió tanto que quisimos repetirla; pero, esta vez, en el teatro. A Christan Hecq lo fascina la ciencia, y a Valérie Lesort, el océano y los monstruos. Así que 20.000 leguas de viaje submarino nos pareció la conjunción ideal. Le propusimos nuestra idea a Eric Ruf (administrador de la Comédie - Française), y éste acogió con entusiasmo nuestro proyecto. Un objetivo vinculado a poner en escena esta adaptación es transmitir el arte de la manipulación de marionetas a los actores de la compañía, menos habituados a esta técnica.

Las marionetas y la oscuridad del escenario le dan un toque fantasmagórico a la escena, ¿no? Hemos descubierto que la marioneta es una herramienta ideal para representar el mundo acuático. El fondo negro y la luz negra que utilizamos para ocultar la manipulación de estos elementos nos ofrecen la idea de estar sumergidos en el fondo del agua, de donde, en cualquier momento, puede emerger un pez o una medusa suspendidos. Si todavía hay lugares vírgenes y misteriosos en el mundo, uno de ellos es el fondo marino. Así, los artistas plásticos pudieron dar rienda suelta a su imaginación y esculpir fantásticos animales marinos con rasgos a veces humanos. Y gracias a la precisión de sus movimientos (ondulación, vibración, vivacidad), la marioneta evoca maravillosamente la ingravidez del agua.

Christian Hecq (aquí, el Capitán Nemo) es un actor con grandes habilidades para la comedia gestual. ¿Qué significa enfrentarse a un personaje tan mítico? Es cierto que a Christian Hecq le llueven los personajes cómicos, y enfrentarse a un personaje oscuro, enigmático y paradójico fue un gran desafío para él.

En Francia, debido al coronavirus, se han cerrado espacios culturales como los teatros. ¿Cómo lo están viviendo las compañías teatrales? Durante el periodo de encierro, los teatros, salas de conciertos y lugares culturales estuvieron cerrados, y, por lo tanto, se han visto muy afectados económicamente. Importantes entidades como la Ópera de París y la Comédie Française tienen dificultades para gestionar la alternancia entre confinamiento (cierre) y desconfinamiento (apertura). Pero debemos reconocer que los profesionales del espectáculo en Francia no ha sido los más perjudicados, porque han disfrutado de un estatus relativamente protegido durante este periodo tan oscuro.