Podríamos decir que los concursos y los premios literarios conllevan una mezcla de reconocimiento, proyección, hallazgo… En este caso, la consolidación del Premio Nacional de Poesía Viva #LdeLírica como descubrimiento de talentos poéticos añade algo más. Una especie de maravilloso vínculo entre la inmediatez de las redes, Instagram, y el paso del premiado por algunas de las instituciones y plataformas referentes en el mundo de la cultura: el Teatro Real, la Real Academia de la Lengua y, en esta edición, el Hay Festival de Segovia.

«Todos los colosos/ dan vueltas/ sobre el mismo barro».
«Toma el cuchillo, mitad mango, mitad filo/ muero en la dicotomía y en la bifurcación».
«Por la noche/ saben que existe la luz al otro lado/ del mundo».

Por orden de verso: Miguel Sánchez Santamaría (graduado en Biotecnología por la UPM, 26 años), Paloma Chen (periodista, 24 años) y Marta Vicente Antolín (estudiante de Medicina en la UAM, 24 años). Los tres, ganadores del Premio Nacional de Poesía Viva #LdeLírica de Ámbito Cultural (El Corte Inglés). Los tres, reveladores de un discurso poético potentísimo. Los tres… no son conscientes, o sí, de la increíble capacidad de sus palabras. En el escenario, en la lectura de sus textos, traspasan el umbral de la sustancia del verbo. Cuando los escuchas, escuchas empujar la vida a través de su inteligencia.

Miguel Sánchez: "La poesía ha pasado de ser un lugar en el que buscar respuestas a convertirse en un lugar en el que plantearse preguntas”

Desde que Miguel comenzó a escribir con 10 años han cambiado muchas cosas en su vida, pero sobre todo una: “La poesía ha pasado de ser un lugar en el que buscar respuestas a convertirse en un lugar en el que plantearse preguntas”. Y es que el mundo es otro a veces, el mundo es los espacios propios y las parcelas que vas nutriendo, comenta Paloma, la ganadora de la segunda edición del premio. Ella escribe sobre la expansión desde lugares concretos y sobre cómo derribar fronteras físicas, territoriales o espirituales. Por su parte, Marta, la joven aspirante a médico asegura: “Me he educado para ver el mundo desde la expectación, desde la curiosidad hacia lo pequeño y desde eso intento escribir. Quizás no escribo sobre un mundo en concreto, quizás escribo para observar qué pasa con el mundo si escribo”.

Paloma Chen

Paloma Chen escribe sobre la expansión desde lugares concretos y sobre cómo derribar fronteras físicas, territoriales o espirituales

Pero, ¿cómo habitan estos chicos la poesía? ¿Cómo es ese maridaje físico y emocional entre sus estudios y el equipaje poético? “Bueno, la medicina y la poesía se parecen, siguiendo un poco el pensamiento de Agustín Fernández Mallo y Jose Ángel Valente, la poesía es el género literario que sigue un método para alcanzar el conocimiento, como la medicina (esto último lo añado yo). Además, la medicina proporciona un estímulo muy potente para el arte en general y para la poesía en particular”, asegura Marta. Los estudios de Biotecnología de Miguel le han ayudado a forjar una mente analítica para toda esa parte de oficio que requiere la poesía (y cualquier otro arte), “me han ayudado en la creación de poemas, pero me han puesto trabas, a veces, con la concepción de la poesía, esa de la que siempre hablo alejada de prejuicios y llena de libertad. Un maridaje feliz, pero extraño”, comenta.

Marta Vicente Antolín

Marta Vicente Antolín: "La medicina proporciona un estímulo muy potente para el arte en general y para la poesía en particular”

Sin duda alguna, la letra de estos tres creadores dispara. Su arma, la elegancia de ese verbo que les hace tan particulares. Aseguran que hay bastante juego con su yo poético. “Creo que la ´Marta poética´ me gusta bastante más de lo que me gusto yo”, confirma la última ganadora del Premio. Paloma admite que “he jugado bastante con el yo porque me parece interesante hacer poesía partiendo de lo que conozco y de la propia vida, teniendo siempre en cuenta la imposibilidad de conocerse totalmente a una misma y de que el yo está fracturado de múltiples formas”. Miguel, por su parte, asegura poner muchas expectativas sobre él, lo que dificulta entrar en un estado poético. “Pero es divertido, a la vez: el Miguel poético puede sacar lo mejor de mí mismo también. Intento ser más yo a través del poema”.

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Este año se vuelve a convocar el Premio Nacional de Poesía Viva #LdeLírica, el premio que, con un vídeo de 1 minuto en Instagram les ha dado visibilidad nacional a estos tres jóvenes creadores. Se preguntan con sus propios poemas y se saben verso cuando se despiertan. La responsabilidad de madrugar, trabajar, escribir y ganar un concurso de poesía. Los tres son humildes testigos del peso de su talento. Y si nos asomamos a los nombres que los suelen acompañar, aparecen autores de la talla de Nothomb, Pasolini, Pavese, Minke Wang, Walcott, Artaud, Patti Smith, Dostoievksi… Luisa Castro, Juan Carlos Mestre… Peter Handke, Chantal Maillard, Juan Cobos Wilkins, T. S. Eliot…    

Los miedos de Miguel, Paloma, Marta: “a la soledad”, “a no lograr enfocar adecuadamente la energía creativa”, “a mí”. Su mayor esperanza: “el tiempo, aún tenemos tiempo”, “la calidez de las personas es lo que más esperanza me da”, “seguir”.

Trabajo, formación, perseverancia, pero, sobre todo, arte. Los tres son responsables de ese rodaje cargado de ingenio con el que se presentaron a este premio, y también son merecedores de este galardón que impulsa el talento de artistas que comienzan sus carreras. Sin duda una increíble ocasión para recitar al lado de los grandes nombres relacionados con la poesía como Juan Carlos Mestre, Berta García Faet, Sheila Blanco, Martirio, Álvaro Pombo… y, sin duda, un estímulo que les ha permitido estar y participar en los festivales y proyectos poéticos de referencia de este país, como Poesía o Barbarie o el Festival Internacional de Poesía de Málaga Irreconciliables.

Igualmente, la editorial Huerga&Fierro apuesta año tras año junto al Premio de Poesía Viva por estos nombres que se asoman a la lírica incluyéndoles en una antología de poetas noveles que, en esta ocasión, compartirán página con seis nombres ya consagrados: el argentino Hugo Mujica, la gaditana Ana Rossetti, el leonés afincado en Madrid Juan Carlos Mestre, la madrileña Isla Correyero, el andaluz de acogida Jesús Aguado y la gallega Yolanda Castaño.

Que la cultura siga siendo nuestro oxígeno y que las oportunidades que acompañan a un premio desfilen por la senda de la publicación, como no puede ser de otro modo. Paloma Chen dio a luz el año pasado al poemario Invocación a las mayorías silenciosas (Letraversal). Miguel actualmente se encuentra en la Fundación Antonio Gala creando un poemario en relación con las bienaventuranzas. Y Marta acaba de publicar Éxito Stelaris (La Imprenta). Un claro ejemplo de las posibilidades de la palabra y la aventura de sus protagonistas tras haber ganado un galardón poético.

“Mirando desde la poesía, el mundo se convierte en posibilidad”. Miguel Sánchez Santamaría