Poncelam se mueve con soltura entre el trap, el afrobeat y el cloud rap, pero su mayor sello de identidad es la honestidad. Con su álbum debut, No Certificada, la artista de El Prat desafía los estándares del mercado, apuesta por la independencia y plasma su evolución personal. En esta entrevista, habla sobre su proceso creativo, su decisión de dejar el conservatorio y la importancia de la familia en su música. Este jueves 20 de febrero estará en la sala Clamores de Madrid y el próximo 15 de marzo, en la Wolf de Barcelona.

Pregunta: La última vez que hablamos estabas preparando tu álbum y ya está aquí No Certificada. ¿Cómo ha ido?

Respuesta: Ha sido un proceso súper natural porque la gente implicada en el disco es con la que trabajo normalmente y he aprendido muchísimo. Sobre todo en el tema de las colaboraciones, ya que antes no había hecho tantas. Estoy muy contenta con el resultado.

P: ¿No Certificada es rebeldía, una declaración de independencia o constatar que no hace falta un sello para decir si eres auténtica o no?

R: Durante el proceso del disco me di cuenta de que no estaba siguiendo el plan establecido para hacer un álbum. Me sucedieron cosas personales, situaciones difíciles en el conservatorio, y decidí que iba a convertir mi debilidad en mi arma. Por eso, trato de reivindicar que no necesitamos que nadie nos diga que somos buenos o válidos.

P: ¿Qué tal llevas el conservatorio?

R: Ya no lo llevo.

Ser auténtico es no tener la necesidad de demostrarle nada a nadie

P: ¿Y eso?

R: Lo he dejado parado un año porque sentía que no podía sacar el disco si seguía allí. Vi que me estaba especializando en algo en lo que no me quería especializar.

P: Qué curioso tener que dejar el conservatorio para poder hacer música.

R: La verdad es que sí. Por eso también reivindico que faltan clases en las que te enseñen cómo sacar un disco o hacer música que no sea académica. Entiendo cómo funcionan y es lo que hay, pero sentí que debía parar para poder trabajar en lo mío porque estaba siendo imposible compaginarlo.

P: Reivindicas la "simplicidad de la música".

R: Busco la naturalidad. No soy una artista extravagante ni busco innovar. Hago música y expreso mi proceso de una forma honesta sin querer vender de más. Ser auténtico es no tener la necesidad de demostrarle nada a nadie. Cuando piensas en ti y en cómo mejorar, no estás esperando que te digan lo bien que lo haces.

P: En la portada se te ve mordiendo el filo de una navaja.

R: Llevábamos un tiempo dándole vueltas a la expresión de "tener un cuchillo entre los dientes" e ir hasta el final con tus creencias. Quería también expresar la agresividad y la rabia que sentía mientras hacía el disco.

P: El disco empieza con Prioridades. ¿Cuáles son las tuyas?

P: Mi familia, mi música y mis propias decisiones. Con el disco he aprendido a tomarlas y hacer lo que quería sin pensar en si era bueno o malo. Si haces lo que quieres y no lo que te dicen, te puede ir mejor o peor, pero te vas a dormir tranquilo. Me enfoco en que mi familia esté bien, tener unos valores marcados y trabajar en lo mío junto a mi equipo.

P: Noto que tienes el concepto de familia muy marcado.

R: Siempre he sido una persona muy familiar, es uno de los pilares de mi identidad. Como eres en casa con tu familia es como vas a ser en la calle o en la música. Además, hay personas en mi familia que me han impulsado en la música y estoy muy agradecida en ese sentido.

P: También hablas de "proyecto adulto". ¿Cómo has vivido ese proceso?

R: Necesitaba mostrarme más yo. En muchas canciones se puede ver a una Irene diferente a la que escribió Olvidarte. Estoy viviendo todo esto de una forma natural y escribiendo lo que voy sintiendo.

P: ¿Has sentido miedo a mostrar tu verdadero yo?

R: No a nivel sentimental. Sin embargo, me ha costado arriesgarme en algunas cosas por si no era capaz de hacerlas.

P: ¿Sientes algún tipo de temor ante el futuro?

R: Me daría mucho miedo cansarme. Si eres artista tienes que aguantar muchas cosas y es una forma de vida bastante exigente. También me da miedo no conseguir mis propósitos. La música tiene un valor social y estoy descubriendo qué me gustaría cambiar.

A veces se nos olvida que te debes al público y no al revés

P: ¿Por ejemplo?

R: Es trascendental cómo tratas a la gente: a tu público, tu equipo y sus condiciones. También cómo te muestras en redes sociales. Hay mucha gente que tiene éxito y pierde la honestidad. Lo he visto con artistas y no mola. No quiero tener una imagen de diva o superestrella. Ni un poquito, además. Quiero ganar dinero y vivir de la música, pero para ofrecer un mejor producto. A veces se nos olvida que te debes al público y no al revés.

P: ¿Cuál es tu ambición?

R: Me encantaría vivir girando. Disfruto del estudio, pero me gusta muchísimo más el directo. Siento que es mi verdadero hábitat. Y cuando no pueda hacerlo, quiero seguir dedicándome a la música y ayudando a la gente de mi barrio.

P: Hay mucho talento en El Prat.

R: Y cada vez tenemos más oportunidades porque estamos metiendo mucha caña para que así sea.

P: Cierras el álbum con "Bien", un tema nostálgico en el que reflexionas sobre el paso del tiempo.

R: Me raya ese tema. No me preocupa cumplir años, pero le tengo miedo a la muerte. El hecho de, algún día, dejar de existir...

P: Bueno, la música te permite un grado de inmortalidad.

R: Me gustaría trascender. No desde un punto de vista individualista, sino por haber ayudado a alguien que todavía siga en la música.