Indagando por las novedades indie de Spotify, nos encontramos con 'Corazón quemado', un tema que llama a pasárselo bien y a soltarse la melena. Samuraï vuelve con las pilas cargadas con este tema al puro estilo pop rock que ya conocimos en 'Artillería', cargado de adrenalina y subidas al puro estilo de los 2000. 

Charlamos con la cantante madrileña acerca de su nuevo tema, sus próximos proyectos y cómo percibe el papel de las mujeres artistas en la industria musical. 

PREGUNTA (P): Con tu nuevo single, ‘Corazón quemado, vuelve otra vez la Samuraï más rockera, la que ya conocimos en el EP ‘Artillería’. Esta canción es un canto a la libertad y al actuar despreocupadamente. ¿Te definirías como una persona que primero actúa y luego separa un poco a pensar o eres más metódica?

RESPUESTA (R): Desgraciadamente soy más de lo primero: yo hago y luego actúo, o sea, actúo y luego pienso, cosa que no suele acabar bien. Pero bueno, nos las apañamos.

P: Es un poco lo que quieres decir con la canción, ¿no? De lanzarse y divertirse sin preocupaciones.

R: Sí es un momento en el que dices ‘me voy a ir a un bar aleatorio y me voy a emborrachar y a ver qué pasa, porque la noche es joven y yo más’. Eso es un poco.

P: ¿Cómo definirías ese sentimiento de tirarse al vacío y decir ‘que pase lo que tenga que pasar’?

R: Pues al contrario de lo que se piensa mucha gente, para nada es una canción de desenfreno en cuanto a sustancias, no considero que eso sea tirarse al vacío. Tirarse al vacío es, literalmente, no pensar y hacer lo que te pide el cuerpo. Ya veremos qué pasa.

Tirarse al vacío es no pensar y hacer lo que te pide el cuerpo

P: ‘Corazón quemado’ también escoge muchos tonos y referencias de los años 2000, algo que también se ha extrapolado últimamente también a la moda y otros estilos musicales. ¿Por qué crees que ha vuelto ese rollo ‘dosmilero’?

R: Creo que en estos últimos años no se sabe muy bien lo que ha vuelto y lo que no, porque de repente hubo música en el 2020 cuando de repente todo el mundo hacía pop-rock, peor hoy en día creo que todo está un poco difuminado. A mí me encantan las baterías y siempre que hay baterías se extrapola al rollo de los 2000 y Pignoise, peor yo realidad no me tragué nada de esa escena.

Pero supongo que todo vuelve, igual de repente a lo mejor vuelven los 70. No se sabe.

P: ¿Crees que lo que se lleva ahora se copiará dentro de diez o veinte años? La historia se repite.

R: Todo se recicla y todo está hecho.

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P: La estética del videoclip también va por ese camino de la fiesta y la despreocupación. En ese sentido, además de las referencias a los 2000, en una frase sí que dices: ‘Tan intensa la energía que me siento una ‘Euphoria’. Es otra referencia de una serie que ha calado mucho en la moda y la música de los últimos años. ¿Qué tiene de especial para plasmarla en tus letras?

R: ‘Euphoria’ sí que es una serie que, al menos, ha marcado a mi generación, a la gente de mi edad. Todo el mundo sabemos lo que es ‘Euphoria’ y lo que transmite, que es desde la autodestrucción hasta el pasarlo bien, hasta la intensidad de los últimos años de adolescencia. Y sí que por eso decía como tan intensa la energía que es que siento que estoy siendo protagonista de una serie súper autodestructiva.

P: En el ámbito de fiesta en el que se desarrolla el vídeo y la canción es en el que más nos solemos dejar llevar, en el que nos soltamos la melena como se suele decir, pero en otros no nos comportamos como tal.  

R: Bueno, depende de quién es. Yo la melena me la suelto en todas partes, hasta en una entrevista o en una oficina. No se sabe.

P: En paralelo, ¿cómo estás viviendo el crecimiento que estás teniendo en la industria musical? Ya tienes más de un millón de oyentes en Spotify.

R: Sí, pero al final la cuestión de los oyentes es algo que sube y baja, no son los fans reales. Lo importante para mí es vender salas y en eso sí que es lo que me fijo. Veo el crecimiento en eso, cuando paso de vender una sala más pequeña a una más grande. También siento que mi crecimiento es orgánico, no es que de repente estoy aquí y en un mes voy a estar en un sitio súper alto, todo es a base de mucho trabajo mío y por parte de mi equipo y que vamos poquito a poco, como hormiguitas.

Quiero ganarme el respeto poco a poco y la credibilidad de la gente. No quiero un súper boom y ya el día de mañana desaparecer.

P: ¿Es ‘Corazón quemado’ un preludio de lo que podremos ver en tu próximo proyecto? ¿Qué nos puedes contar?

R: No quiero todavía dar spoilers anticipados porque luego me regañan, pero sí es un buen aperitivo de lo que viene en los próximos meses.

P: ¿Qué tiene de distinto de ‘Artillería’?

R: El sonido se va a notar, es un sonido distinto y mucho más limpio. No es tan grave, pero como hice en ‘Artillería’, es como pasar del punk al rock n’ roll, es una presentación más madura. A veces resulta que las personas maduran y se hacen mayores. Y ahí estoy, haciendo el intento.

P: Tu estilo musical es como más cañero, más tirando al rock, no se encamina al de otras artistas emergentes que lo están petando ahora como puede ser Lola Índigo, Belén Aguilera o Ana Mena. Es quizás un camino más personalista que se aleja de lo comercial.

R: Hago la música que me gusta. No es que no me guste lo otro, pero a mí me divierte una buena banda de música en directo y la música que yo escucho viene de dónde viene, no viene de un ‘superpop’. A lo mejor yo vengo de otros nichos y eso es lo que me gusta. Intento mezclarlo un poco para que pueda tener la etiqueta de mainstream sin serlo.

P: ¿Crees que ese estilo de rock más punk en España se aprecia o puede llegar a estar en auge?

R: No sé si está en auge o no, pero si a la gente le gusta tiene que dar igual el género. Tampoco hago una cosa súper punky o extremista que diga que voy a un nicho concreto de metaleros. Para nada, hago pop en realidad, pero tiene muchas cosas de las que he mamado y que me gustan, sabes que es un poco más duro.

El rock en España le gusta un montón a la gente, de las escenas más grandes que hay es la de indie y rock. No te voy a decir que sea más grande que la del pop, pero vamos, que es enorme.

P: Retomando la cuestión de los conciertos, ¿cómo es ese proceso de dejar a un lado a Aroa y subirte al escenario y ser plenamente Samuraï? ¿Qué es lo que se siente ahí arriba?

P: Debe ser que me gusta mucho ser el centro de atención y me lo paso muy bien ahí arriba, la verdad, y me encanta. El otro día en el WiZink -en el concierto de La La Love You- ver a 16.000 personas mirándote es lo que me gusta, la verdad me lo paso increíble, siento que estoy más en mi salsa que en cualquier momento. No creo que deje de ser Aroa en ningún momento.

P: Además, las artistas españolas, las mujeres en la industria, están en pleno auge y lo están petando con un montón de sonidos y temas innovadores. ¿Cómo lo ves desde dentro?

R: Es un camino como todo, tanto en la industria musical como la industria del pan. Las mujeres tenemos que luchar un poco más y hacernos nuestro hueco. Hoy en día sí que se están equidistando un poco las cosas, aunque sí que me faltan más nombres de mujeres en los carteles de festivales, la verdad, por ahí hay mucho hombre, pero podría haber más mujeres.

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