En la mente nazi (Crítica, 2025), Laurence Rees vuelve sobre el mayor crimen del siglo XX para preguntarse cómo una sociedad entera pudo justificar el horror. Con su habitual rigor histórico, el autor entrelaza historia, psicología y neurociencia para ofrecer un retrato perturbador de la mente humana cuando se deja arrastrar por el odio, la obediencia ciega y el poder.

Laurence Rees, historiador escocés nacido en Ayr en 1957, regresa con un ensayo que combina la precisión documental y la advertencia moral. En En la mente nazi. Doce advertencias para la historia, analiza el ascenso y la caída del Tercer Reich desde una perspectiva inédita: la de las motivaciones psicológicas que permitieron a miles de personas cometer atrocidades con total convicción.

Galardonado con un BAFTA y dos premios Emmy por sus documentales para la BBC, Rees lleva décadas explorando cómo se construye una mentalidad capaz de justificar el mal. En esta nueva obra combina investigaciones históricas con hallazgos de la psicología y la neurociencia, incorporando testimonios inéditos de antiguos militantes nazis y ciudadanos que crecieron bajo el influjo del régimen de Hitler.

Su tesis parte de una idea inquietante, la de que los mecanismos que hicieron posible el nazismo no han desaparecido. El autor recuerda que la fisiología del cerebro humano apenas ha cambiado en siglos. Hitler comprendió, aunque de forma intuitiva, el poder de moldear las mentes jóvenes, cuyo córtex frontal —la zona del juicio moral— aún no está plenamente desarrollado. Esa plasticidad, señala Rees, explica por qué tantos jóvenes se sintieron atraídos por un movimiento que convertía la lealtad y la pasión en armas políticas.

Doce señales de advertencia

El libro identifica doce señales de advertencia que deberían hacer sonar todas las alarmas en el presente: el discurso de “ellos contra nosotros”, el líder heroico e infalible, la manipulación de la fe, la corrupción de la juventud, el racismo, la eliminación de la disidencia, la connivencia con las élites o el uso del miedo como instrumento de control. Rees recuerda que el nazismo se alimentó de la desinformación, de las teorías conspirativas y de la creación de enemigos imaginarios.

Para el historiador, el núcleo del pensamiento nazi se halla en ese reflejo biológico de la amígdala cerebral que identifica lo diferente como amenaza. Hitler no conocía la ciencia, pero sí el poder político del odio. Lo transformó en ideología y en método, convirtiendo el miedo en un arma de masas.

Rees no escribe solo sobre el pasado. Advierte que muchos de esos mecanismos reaparecen hoy disfrazados con nuevos lenguajes. Las democracias, afirma, rara vez mueren de un golpe sino que se desgastan lentamente, hasta convertirse en “democracias fingidas”. Así ocurrió en la Alemania de los años treinta, donde las urnas llevaron al poder a quienes acabarían destruyendo la libertad de prensa, la justicia y el propio sistema electoral.

En la mente nazi no es solo una obra de historia, sino un manual de alerta. Rees invita a mirar el presente con ojos críticos y a reconocer los viejos patrones del autoritarismo en sus versiones contemporáneas. Su mensaje es claro: la historia no se repite, pero siempre rima. Y solo el conocimiento puede impedir que el eco del pasado vuelva a resonar.